Esta semana pasada ha sido una de aquellas semanas que se acumulan los eventos y presentaciones, digitales o no, como ya suele ser habitual. Siempre me he preguntado ¿cuántos eventos se realizan en el mundo cada día, en cada país, en cada ciudad importante?
Según un estudio del MPI, Meeting Professionals International, España es el tercer país del mundo con más eventos internacionales, por detrás de solo de Estados Unidos y de Alemania. Sólo de este tipo de eventos, en España se celebra una media de uno al día. Si sumáramos los eventos locales y sectoriales, ¡hablamos de decenas de eventos al día!
Sólo esta semana destacaría los siguientes: Management & Business Summit, al Food & Drink Summit, la inauguración de las Bodegas Macán y los Premios UNICEF Comité Español 2017.
¿Por qué la gente debería ir a un evento en plena revolución digital? Las razones principales o las preguntas a las que se enfrenta cualquier persona ante una invitación o la posibilidad de ir a un evento, suelen ser muy básicas:
- ¿Qué voy a aprender? / ¿Quién va a hablar?
- ¿Quién va a asistir? / ¿A quién conoceré?
- ¿Cómo lo voy a pasar? / ¿Qué va a pasar?
- ¿He de ir por compromiso?
Lamentablemente, tras casi 30 de años de asistir y organizar eventos, todo suele girar en torno al quien estará y muy poco al qué voy aprender o qué va a pasar. En plena revolución digital y tecnológica, dónde el conocimiento es clave, sobre todo para la clase empresarial y ejecutiva… el centro sigue estando en el quién es quién.
Por suerte, de la locura de eventos que se celebran todos los días, cada vez hay más de contenido y menos de ‘postureo’, pero aún vivimos en una sociedad demasiado anclada en el ‘quién soy y qué tengo’ y poco en ‘el qué sé y qué aporto’.
La clave de un buen evento es el conocimiento
La clave es el conocimiento, no los apellidos o el cargo, y esto es un hecho vital, porque la transformación de la sociedad que estamos viviendo no va a tener piedad con los que no se adapten a los cambios tan disruptivos que vienen, por mucha clase social que hoy ostentemos.
Para mí el futuro de un evento de éxito se basa exclusivamente en la calidad del contenido y la puesta en escena, en primer lugar. En segundo, en una buena selección y segmentación de las personas que deben asistir, dónde el protocolo debe girar en torno al conocimiento y la aportación de valor. Además se debe potenciar la socialización, compartiendo la información de los asistentes para la gestión del networking, pensando en un post evento. Si no se potencia este punto, quizás la próxima vez decida seguir el evento por redes sociales o Periscope. Claro está que muy pocos tienen la habilidad de dar esta opción aunque sea de pago.
Por último, reconozco que me apena ver la poca ‘evangelización’ en casi todos los foros empresariales que voy del nuevo modelo de empresa, mucho más ético y social, pero supongo que no soy objetivo.
Por si os sirve de ayuda, yo siempre que elijo un evento al que asistir, lo hago en función de si cumple alguna de las siguientes reglas:
- Aprender algo nuevo
- Sorprenderme
- Conocer a alguien interesante
O simplemente que cuando llegue a mi casa lo cuente como algo especial que me ha pasado ese día. Si no es así, no habrá valido la pena y, en general, pocos valen la pena. Por eso hay que saber escoger muy bien.
Soy un fan de los eventos y más en una era digital dónde el acceso al conocimiento es total e inmediato, sobre todo por lo que puedes aprender, sentir y relacionarte; pero no muchos saben combinar con destreza estos elementos.