Bienvenida la crisis

Parece más que evidente que se avecina una crisis, fruto del impacto de la inflación generada por los problemas energéticos destapados por la horrible guerra de Ukrania.

Siempre he considerado que las crisis son grandes oportunidades para realizar cambios estratégicos y estructurales en las organizaciones, que, en épocas de bonanza, son más difíciles de justificar o implementar, por las grandes resistencias naturales que van desarrollando las organizaciones. Así mismo son momentos propicios para lanzar nuevos negocios o servicios innovadores, dado que las empresas como el consumidor, están buscando alternativas, más eficientes para subsistir a las crisis que afectan a sus finanzas o bolsillos.

Esta filosofía puede parecer en un principio, descabellada o peligrosa, pero, todo lo contrario. Bajo mi experiencia, los grandes proyectos de transformación, así como los nuevos negocios siempre han tenido más probabilidad de éxito, cuando hay situaciones de crisis o problemas de mercado. ¿Quien quiera cambiar o arriesgar a innovar cuando todo va bien? Ya de por sí, la gente tiene poca aversión al riesgo, imagínate si todo va bien….

Ahora más que nunca, las empresas y los emprendedores, tienen por delante una oportunidad de oro para desarrollar proyectos de impacto social de base tecnológica. Sociales, porqué estamos las puertas de la mayor transformación del modelo económico, desde la revolución industrial, hacia la economía del propósito, y de base tecnológica, porque la actual revolución tecnológica, nos permite crear y escalar proyectos de manera muy rápida y eficiente.

Por otro lado, el exceso de capital en manos de los inversores, ahora en cuarentena por la incertidumbre de los mercados, le liberará si realmente hay proyectos alto valor e impacto, y ese tipo de proyectos, sin duda son los de impacto social de base tecnológica.

Estoy convencido, que los próximos unicornios serán de impacto social, así como las grandes innovaciones empresariales, que surgirán de esta crisis, que tras el COVID_19 nos ha removido las conciencias, y ahora nos allana el terreno para poder acelerarlas.

Nunca antes un inversor o un empresario con sensibilidad social o medioambiental, ha tenido el terreno tan abonado para desarrollar sus iniciativas, y contribuir a solucionar algunos de los grandes retos de la humanidad, tan bien recogidas en las ODS de la ONU y en la agenda 2030, a la vez que genera grandes rendimientos económicos. Hacer el bien, obteniendo beneficios, que a su vez amplifique los proyectos, es sin duda, el sueño de todos los que hemos decidido ganarnos la vida aportando nuestro tiempo, talento y dinero, a generar impacto positivo en la sociedad y el planeta.

Sirva este post, como llamamiento a toda la comunidad cercana al impacto social, abramos las velas, viene viento de cola y ya va siendo hora que demostremos al mundo el tipo de empresas que van a liderar la nueva economía y seguir progresando al ser humano hacia un mundo más justo y respetuoso con el medio ambiente.

Hacer el bien, haciéndolo bien, debería ser el único modelo empresarial posible. No van a caber las compañías que enriquecen, solo unos pocos a costa de muchos, sin importar su impacto negativo en el planeta. España y Europa tiene la oportunidad de liderar este movimiento empresarial, y el momento es ahora.

Un mundo mejor, con mejores empresas y empresarios es posible.

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