“Llevamos casi un siglo de neoliberalismo depredador que está carcomiendo la justicia social”, así de contundente inició su brillante conferencia Sergi Ferrer-Salat, el pasado mes de febrero en ESADE. Lo cierto que es un golpe de aire fresco y esperanzador, ver que un gran empresario, hace una autocrítica tan claro y feroz, del modelo perverso “del beneficio empresarial a costa de todos y de todo”, que no puedo hacer nada más que aplaudir tal gesto de valentía.
Y es que, además, de un activista empresarial, donde ha transformado su negocio familiar de Laboratorios Ferrer, en una empresa de impacto social, recientemente certificada B-corp, (brillantemente dirigida por su CEO, Mario Rovirosa), apoyando la inclusión social de gente sin recursos a través de la música y el deporte, a la vez que da de comer a más de 1.000 personas sin recursos al día.
Os invito a que veáis su ponencia y hagamos todos una reflexión sobre el modelo de sociedad que hemos construido, puramente consumista, donde no nos paramos a pensar en las nefastas consecuencias de nuestros actos, y que están generando una desigualdad social y un deterioro del medio ambiente, indignos, sin sentido, y que además de todo eso, está poniendo en riesgo nuestra subsistencia en el planeta.
Y no cabe hablar de la podredumbre política y del poder, que se ha establecido en nuestro sistema, y que se camufla bajo un manto de legalidad y meritocracia, cuando en realidad todo se manipula y condiciona a un puro nepotismo, donde la cultura del engaño, el pelotazo y la codicia personal, se acepta hasta socialmente, hasta se admiran.
“People+Planet over Profit” y “People using Business as a force for good”, bajo este lema, Sergi reivindica un nuevo modelo de capitalismo consciente, mucho más evolucionado, que el que Adam Smith predicaba en su The Wealth of Nation y que fijó las bases de la economía actual, y que se ha ido pervirtiendo hacia un modelo de consumismo inconsciente y un enriquecimiento de unos pocos a costa del resto y el planeta. El libro Corporate crime and violence de Russell Morkhiber, narra brillantemente esa deriva.
¿Cómo es posible que sigamos consumiendo de manera desbocada, mientras existen más de 20 millones de personas explotadas en el mundo en un modelo de esclavitud? Nos volvemos locos en Black Friday o haciendo colas para comprar el último Iphone… Mientras, no pensamos en las consecuencias tan devastadoras del consumismo inconsciente, o que detrás de muchos de los productos que compramos, por ejemplo de electrónica, está la empresa Foxconn, famosa por las lamentables condiciones de semi-esclavitud de sus empleados y los miles de suicidios que provoca.
No debemos olvidarnos de desastres ambientales, como el de Union Carbide, que ocurrió entre el 2 y el 3 de diciembre de 1984 en la región de Bhopal (Madhya Pradesh, India). Se originó al producirse una fuga al aire libre de isocianato de metilo en una fábrica de plaguicidas ?(parte de cuyos activos fueron posteriormente adquiridos por Dow Chemical). Dejando más de 25.000 muertos? y 500.000 heridos, considerándose uno de los peores desastres industriales del mundo. O la desaparición en los años 20 de la mejor red de transporte eléctrico y limpio del planeta “Pacific electric” de los Angeles, por los lobbys del petróleo, convirtiendo a esa ciudad en una de las más contaminadas del mundo (como la mayoría de ciudades). O la desaparición de los indios zaparas del Perú, por la explotación de la industria del caucho y la automoción, con la explosión del vehículo promovida por Ford hace un siglo.
Y no cabe decir el tremendo impacto nocivo de la industria del tabaco y de los alimentos procesados en nuestra salud, que está provocando millones de muertes por el mundo por cáncer y enfermedades derivadas de la obesidad…industrias que generan adicciones nocivas para el ser humano, solo por intereses económicos.
No tiene sentido, necesitamos un cambio urgente del modelo de consumo, más consciente, comedido, de cercanía y pensando siempre en nuestro planeta y el bienestar de todas las personas. A la vez que hemos de revelarnos contra un sistema corrompido por el poder y el dinero, y que no debemos permitir que sigan devastando a sus anchas por el interés egoísta de unos pocos.
Sin duda necesitamos muchos más Sergi Ferrer-Salad, que nos sirvan a nosotros y las próximas generaciones, como inspiración y referentes de los nuevos líderes.