Cobots: trabajo colaborativo humano-robot

Cada vez más empresas innovadoras incluyen estrategias de automatización y robotización, la cual crece a un ritmo del 25% anual. Estos procesos hacen que los trabajos rutinarios y tediosos se vayan eliminando paulatinamente. No temamos a la automatización, los robots colaborativos o Cobots han llegado para asistir a los humanos en el desempeño de sus tareas y así desempeñar exclusivamente las tareas creativas o analíticas

El Tsunami tecnológico provoca que cada vez más empresas, sea cual sea su sector de actividad, se conviertan en empresas IT: además de manejar activos materiales o tangibles y operan estratégicamente con información y datos. En ese contexto, las compañías que abracen las tecnologías operativas más eficientes se posicionarán como líderes de sus respectivos mercados, pudiendo ofrecer el mejor producto o servicio al mejor precio.

En una era marcada por la ubicuidad de información y datos, cualquier sector es susceptible de mejorar el conocimiento de sus clientes para ofrecerles una mejor experiencia, con especial incidencia en aquellos (finanzas, telecomunicaciones, energía, industria, seguros, etc.) que manejan mayor volumen de información.

Robotica-y-empresa-2-Angel-Bonet-TecnologiaHoy en día, ninguna empresa puede considerarse innovadora si no incluye en su visión de futuro una estrategia de automatización y robotización. La implantación de modelos de automatización y robotización se conduce a través del denominado RPA (Robotic Process Automation), que genera nuevas plataformas de colaboración sustentadas en herramientas y procesos innovadores. La RPA puede desplegarse en cualquier tipo de industria, automatizando de manera efectiva diferentes componentes de la infraestructura, desde el middleware a aplicaciones que se integran en el entorno de trabajo diario.

Según estimaciones de la consultora Gartner, la robotización crece a un ritmo del 25% anual, y uno de cada cinco trabajos rutinarios habrá desaparecido en 2022 a consecuencia de las innovaciones tecnológicas.

En este contexto es importante no temer a la automatización. Al contrario, debemos estar preparados para convivir con los Cobots (collaborative robots, o robots colaborativos) que asistirán a los humanos en el desempeño de sus tareas, así como ser receptivos, siendo conscientes de que la robotización del software va a introducir notables alteraciones en el ecosistema de trabajadores cualificados.

“Ninguna empresa puede considerarse innovadora si no incluye en su visión de futuro una estrategia de automatización y robotización”

No es descabellado aventurar que en un plazo corto cualquier profesional convivirá en su puesto de trabajo con un Cobot cada vez más inteligente. Antes de llegar a ese punto, empresas y trabajadores deben organizarse en torno a procesos flexibles, empleando herramientas tecnológicas que optimizan el trabajo sobre la base de la experiencia del ser humano.

Ya están en marcha numerosos procesos de convivencia entre personas y máquinas: plataformas de colaboración en la que los algoritmos se hacen cargo del trabajo sucio del back office, tareas repetitivas o tediosas que aportan escaso valor pero que consumen una buena parte de la jornada laboral del empleado. No es beneficioso para una economía que el cometido de una persona se limite a leer y transcribir.

Los Cobots se encargarán de todo el trabajo rutinario, mientras el creativo saldrá del talento humano

El trabajador que pasa horas frente al ordenador interactuando con diferentes aplicaciones o programas queda liberado del cumplimiento de quehaceres rutinarios desde el momento en que los Cobots se hacen cargo de todas las tareas automatizables, que no requieren interpretación ni juicio, habilidades por ahora patrimonio exclusivo del ser humano.

De esta forma aumenta la productividad por empleado, al mismo tiempo que se evita malgastar el talento humano, se redistribuyen las cargas de trabajo o se identifican los eslabones de la cadena productiva con menor aportación de valor.

El trabajador puede destinar el tiempo ganado gracias a la automatización a un enorme espectro de fines, desde recuperar ideas o proyectos dejados de lado hasta movilizar recursos no explotados de la empresa.

La IA ha cambiado el paradigma de la analítica avanzada aplicada a la automatización de tareas, generando algoritmos cada vez más inteligentes, capaces de acometer tareas con alto grado de especialización –hasta ahora reservadas al humano– de manera mucho más rápida y eficiente, lo que establece nuevos hitos en la evolución de la asistencia automatizada al trabajo humano.

Los robots pueden acometer tareas sencillas, como la elaboración de informes, y otras cada vez más complejas gracias a la IA, pero no tienen la potestad de abordar tareas creativas. Después de todo, la creatividad es una facultad exclusivamente humana, de momento…

A la larga, es indudable que la robotización conducirá a escenarios laborales compuestos por un híbrido de trabajadores humanos y digitales, digiworkers. O más específicamente, proliferarán los empleados con capacidades potenciadas gracias al aporte de los robots colaborativos, con puntos de convivencia absoluta entre personas y software.

Será clave para las empresas proporcionar a sus trabajadores opciones y herramientas que permitan a estos sentirse valorados y asumir responsabilidad sobre su rendimiento e instaurar un factor cultural de formación permanente en toda la organización. La estructura última de las organizaciones cambiará, con un fuerte giro hacia el trabajo en equipo y multifuncional y gran énfasis en la agilidad.

“Por cada robot colaborativo que se incorpore a la industria, se generarán tres nuevos empleos vinculados a él”

Sin embargo, no debemos olvidar que la automatización libera a los profesionales para centrarse en tareas de mayor valor. Por ejemplo, ante una enfermedad, el software es capaz de recopilar el historial clínico del paciente, comparar su caso con el histórico de precedentes y sugerir el mejor tratamiento para la cura. De esta forma, se incorpora inteligencia en los tratamientos –procedente de las redes o comunidades científicas– y el profesional médico se mantiene siempre actualizado de manera automática. Será este, y no el software, el responsable último de la manera de administrar el tratamiento.

Es el plan estratégico de cada compañía –y no la robotización– lo que genera desempleados

Tampoco debemos obviar el hecho de que en el reverso de la amenaza de la destrucción de empleos encontramos la aparición de nuevas oportunidades en el mercado de trabajo. A medida que los Cobots se vayan introduciendo en industrias como automoción, transporte, logística, electrónica, renovables, etc, crecerá la demanda de nuevos profesionales (fabricantes, ingenieros, personal de mantenimiento, operarios) armados con rampantes conocimientos.

Robotica-y-empresa-3-Angel-Bonet-TecnologiaAlgunos estudios estiman que por cada robot colaborativo que se incorpore a la industria se generarán tres nuevos empleos vinculados a aquel. No se puede ignorar el hecho de que no todo el mundo podrá optar a esos nuevos empleos, ni siquiera los propios trabajadores desplazados. Sin embargo, es innegable que la robotización abrirá multitud de oportunidades para millones de empleados, liberados de trabajos rutinarios y alienantes, motivándolos para adquirir nuevos conocimientos, retos intelectuales y aprendizajes.

La tecnología no tiene ideología. No es buena ni mala per se, la tecnología es siempre una herramienta, y las implicaciones o consecuencias que conlleve dependerán de cómo se decida utilizarla.

No es la robotización la que genera desempleados o impacto social, sino el plan estratégico de cada compañía.

Por último, no desdeñemos la capacidad de adaptación del ser humano. Pese a las compresibles reticencias iniciales, la historia ofrece numerosos ejemplos de resiliencia, donde se vence la resistencia inicial a la transformación para iniciar un proceso de permeabilización que culmina con la adaptación al nuevo entorno tecnificado.

En la economía actual es difícil prever las múltiples demandas y necesidades de los consumidores. Es complicado mantener los niveles de productividad, y la incertidumbre planea sobre muchas organizaciones. Por ello, es necesario confiar en la certeza de la innovación tecnológica: la automatización de la inteligencia ayuda a las empresas a enfrentarse a nuevos desafíos y optimiza la aportación de valor de los trabajadores. El digiworker emerge como la pieza clave de un futuro entorno laboral eficiente, dinámico y flexible.

 

Fuente: Minsait

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