No nos han enseñado a tener un propósito de vida. A pensar qué queremos dejar cuando no estemos. Y menos aún a ser consecuentes con ese propósito en nuestras decisiones, tanto las personales como las profesionales.
El propósito personal y profesional, necesariamente han de ir de la mano, y se ha convertido en un aspecto cada vez más importante en la vida de muchas personas. Cada vez más gente está reconociendo el valor de alinear sus objetivos personales y profesionales con un propósito superior que tenga un impacto positivo en la sociedad y el planeta.
Este cambio ha sido impulsado por una serie de factores, que incluyen una mayor conciencia de los desafíos sociales y ambientales, un deseo de mayor satisfacción en el trabajo y la vida. Así como la creencia de que los negocios pueden ser una fuerza para el bien, y no solo máquinas de generar beneficios para los accionistas.
El propósito personal se define como “el significado y la dirección” que un individuo quiere dar a su vida. A menudo se relaciona con los valores, creencias y pasiones de un individuo, y es la fuerza impulsora detrás de sus acciones y decisiones. El propósito personal puede traer un sentido de realización, dirección y felicidad a la vida de un individuo. Pero también puede contribuir a su sentido de bienestar y satisfacción, más allá de lo material, tal y como nos han educado o “vendido”.
El propósito profesional, por otro lado, se refiere al impacto y la importancia que un individuo busca tener en su trabajo. Puede estar impulsado por el deseo de hacer alguna diferencia en el mundo, de usar esas habilidades que posee y su propio talento para hacer el bien, o de contribuir a una causa que se alinee con sus valores personales. Un fuerte propósito profesional puede traer motivación y satisfacción en el día a día, en muchas ocasiones hueco y sin sentido. Y esto también puede conducir a un mayor éxito y encaminarnos a alcanzar nuestros logros profesionales.
Cuando el propósito personal y profesional se cruzan con un enfoque de impacto social, las personas pueden aprovechar sus habilidades, pasiones y recursos para marcar una diferencia positiva en el mundo. Este tipo de propósito pueden impulsar la innovación, la creatividad y la resolución de problemas, tanto en contextos personales como profesionales, y puede generar un cambio significativo y duradero.
Uno de los beneficios clave de este enfoque es que permite a las personas dedicarse por completo a su trabajo, en lugar de compartimentar su vida personal y profesional. Esto conduce a una experiencia más integrada, satisfactoria y auténtica, tanto dentro como fuera del trabajo. Además, puede ayudar a crear una sociedad más justa y equitativa, ya que las personas utilizan sus habilidades y recursos para abordar desafíos sociales y ambientales.
En conclusión, el propósito personal y profesional con un enfoque en el impacto social es una forma poderosa de dar sentido y significado a la vida. Permite a las personas alinear sus objetivos, valores y pasiones con un propósito superior que contribuye al bien común. A medida que más y más personas adoptan este enfoque, tienen el potencial de transformar la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos con el mundo, creando un futuro más satisfactorio, sostenible e impactante para todos.
Nota: el 90% de este artículo ha estado realizado por tecnología de ChatGPT de Open AI….bienvenido a la revolución tecnológica más humana #tsunamitecnologico