Las profesiones que va a sufrir una mayor transformación en las próximas décadas van a ser aquellas relacionadas con el conocimiento, es decir aquellas que para poder ejercer la profesión, se requieren unos conocimientos y estudios muy profundos. En ese caso el “cliente” pagará dinero por conocer obtener una evidencia a un problema, sin necesidad de tener esos conocimientos. ¿Pero qué ocurre si la era del conocimiento e internet nos pone a nuestra disposición a pocos clicks una posible solución? Automáticamente el valor de ese servicio cae en picado, o por o menos ha de cambiar. Médicos, abogados, consultores, banqueros, etc… se ven obligados a ultraespecializarse y sobre todo reorientar su modelo de servicio a un cliente mucho más informado y con capacidad de rebatir cualquier consejo o diagnóstico al instante.
Contra más crítica sea la solución para el “cliente” más tiempo dedicaremos a informarnos y en consecuencia rebatir y debatir las opiniones del especialista. En la pirámide de este concepto sin duda nos encontramos con la medicina. Y dentro de esta cuanto más crónica y mortal se la patología, más conocimiento e información adquiriremos en tiempo récord.
Pongamos por un ejemplo que le detectan a nuestro hijo un “Refsum” (enfermedad degenerativa que pertenece al tipo de leucodistrofia peroxisomal. Es un trastorno neurodegenerativo de peroxisomas. Se manifiesta por la retinitis pigmentosa y neuropatía periférica. Esta es una enfermedad extremadamente rara que afecta a 1 de cada 20 millones de personas.) , y el médico nos dice que es incurable y como máximo que vivirá hasta los 20 años…. Hace tan solo 20 años, a aparte de ver una segunda opinión y resignarnos no hubiéramos ido más allá. Hoy en el S.XXI lo primero que haremos en un “mini master” Online, contactaremos con las asociaciones de pacientes de todo el mundo, analizaceremos casos similares, y encontraremos el equipo médico y medicamentos en la actualidad que nos puedan dar la mayor esperanza de vida. Así pues cuando vayamos a ver a nuestro médicos, muy probablemente tendremos como mínimo la misma que él, y si es mayor de 55 años, probablemente más actualizada.
Es decir, en una visita médica de gravedad, ya no buscamos un diagnóstico, sino un asesoramiento de a que médicos en el mundo, tratamientos actuales, nuevos o experimentales podemos acceder, para tratar nuestra enfermedad, y sobre todo conocer la actualidad de los casos de éxito tratados más recientemente.
Fruto de toda esta tendencia, están surgiendo multitud de plataformas y soluciones tecnológicas, P2P, como la de “Patients Like Me” http://www.patientslikeme.com/ , es una comunidad con más de 300.000 pacientes en USA, con 2.300 patologías graves, y más de 25 millones de datos sobre enfermedades. Una auténtica comunidad de traspaso del conocimiento, donde el médico ni aparece….
Otra plataforma, en este caso orientada a B2B, sobre todo a empresas privadas de seguros médicos es “Advance Medical” www.advance-medical.com, es un servicio orientado a dar una segunda opinión de una patología con el mejor médico de esa enfermedad en todo el mundo. Según datos “extraoficiales”, se suelen cambiar más del 25% de los diagnósticos/tratamientos, con el consecuente ahorro en gastos médicos (al curar antes la enfermedad) y lógicamente la plena satisfacción del paciente. Este servicio ya lo utilizan más de 25 Millones de personas en todo el mundo, de más de 100 países…..
Finalmente esta la autocontrol médicos, cientos de aparatos están surgiendo en el mercado para tener nuestro cuerpo perfectamente monitorizado y controlado, para poder prevenir y controlar enfermedades, sin la presencia de un médico. Como ejemplo, la semana pasada conocí a Chris Dancy, http://www.chrisdancy.com/ el “hombre más conectado del mundo”. Chris lleva entre 300 y 700 sensores de su cuerpo que miden toda su actividad física, y de esta manera puede controlar todo, hasta el extremo que es capaz de predecir con exactitud la posible fecha de su fallecimiento…. y sin médicos.
Como conclusión a mi artículo, quiero reforzar y dar valor al médico, al buen médico. A aquel profesional que está totalmente al día (haciendo un uso intensivo de los medios digitales), que se preocupa por sus pacientes, derivándoles a los mejores colegas para curar sus enfermedades y ofreciendo una información y asesoramiento, que permite al paciente no solo curarse, sino que durante el proceso de su enfermedad, transcurra de la mejor manera posible. Todos aquellos “profesionales” de la medicina, que acabaros su carrera hace años y no se han reciclado y ven al paciente como mero “sujeto”, están condenados a desaparecer, gracias a las nuevas tecnología.
Y como es lógico en esta revolución el papel de los laboratorios farmacéuticos es muy importante, de hecho es una gran oportunidad de aportar una valor al médico, mediante la conexión inteligente con los pacientes. Evolucionar de vender fármacos a dar un servicio de ayudar a los médicos con sus pacientes.