Todo gran hecho histórico tiene un gran enemigo o villano. En la actualidad estamos viviendo una época de grandes retos que ha traído consigo la transformación tecnológica y que puede proporcionar a la sociedad un avance en calidad de vida y bienestar como nunca antes habíamos vivido. Y como siempre tenemos a nuestro villano. Pero esta vez no está encarnado en una persona, sino en miles…. el Dr. No.
El Dr No es aquel empresario, ejecutivo o político que, conociendo o no los beneficios y el impacto de la transformación tecnológica, se aferra a sus “viejas” costumbres, e impide su evolución. Son personas ancladas en el YO y que carecen de sentido de la objetividad para darse cuenta de que el mundo requiere evolucionar, y que ellos y sus empresas e instituciones han de cambiar.
Como ya he publicado en blogs anteriores, la humanidad se enfrenta a grandes retos imprescindibles para su evolución y desarrollo como el agua, la sanidad, la educación, la energía, la pobreza, la alimentación… Y sólo las tecnologías disruptivas como el IOT, el 3D print, la Biotecnología y la nanotecnología o la robótica podrán abordar dichos problemas. Por ello requerimos que todas las empresas e instituciones del mundo desarrollen estas tecnologías y al mismo tiempo adapten sus sistemas productivos hacia una economía más sostenible y social.
El mundo tiene unos desequilibrios económicos intolerables y nuestro planeta está enfermo. Es urgente cambiar para garantizar el futuro de nuestros hijos. Pero el Dr No es muy obstinado y no quiere escuchar. ¿Por qué ha de cambiar si le va bien? Prefiere mirar hacia otro lado sobre este gran problema social que arriesgarse a perder su estatus de confort. Cambiar supone esfuerzo, generosidad y caridad, y lamentablemente no todo el mundo posee estas cualidades.
Lo que no se da cuenta en Dr No es que al cambiar no solo participaría de la evolución del mundo, sino que le reportaría muchos beneficios económicos y espirituales. Y esos son impagables.
Yo soy un agente del cambio y conozco a muchos como yo, dispuestos a combatir al Dr No. No podemos permitir que el pasado y las “malas” costumbres frenen la evolución del planeta, y tenemos la obligación de trasmitir y difundir estos conocimientos al resto.
También tenemos la obligación como consumidores de cambiar nuestros hábitos de consumo y concienciarnos del impacto que tenemos en el futuro del planeta. Plataformas como “Slavery footprint” http://slaveryfootprint.org/ ayudan a que nos demos cuenta que con nuestros actos de consumo diario alimentamos o combatimos a Dr No.
Hemos de asumir nuestro rol de agentes del cambio y desde nuestra posición de consumidor, como padres, hijos, hermanos, trabajadores, ejecutivos o lo que seamos debemos empezar a aportar nuestro granito de arena al cambio. Hemos de conseguir que el Dr No se convierta en el Dr Sí, o comprometeremos nuestro futuro.
Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos tenido tan cerca la posibilidad de proporcionar tanto bienestar a tanta gente en el mundo. ¡Hagámoslo!
“Ets autem fides credere quod nondum vides; cuius fedei est videre quod eredis”: San Agustín
(La fe es creer lo que no se ve. La recompensa de tu fe es ver lo que se cree).