El impacto del cambio climático en la economía

El mundo puede perder cerca del 10% del valor económico total para mediados de siglo si el cambio climático se mantiene en la tendencia actual y no se cumplen el Acuerdo de París y los objetivos de emisiones cero para 2050. Los mercados emergentes tienen mucho que perder si el mundo no puede controlar el aumento de la temperatura. Por ejemplo, las economías del sudeste asiático podrían perder una cuarta parte del producto interior bruto (PIB) a mediados de siglo.

El informe de Swiss Re “The economics of climate change: no action not an option” muestra que las economías más vulnerables a los riesgos físicos del cambio climático son las que más se beneficiarán de mantener bajo control los aumentos de temperatura. Esto incluye algunas de las economías emergentes más dinámicas del mundo, los que serán los motores del crecimiento global en los próximos años.

El mensaje del análisis es claro: no actuar sobre el cambio climático no es una opción. Investigaciones científicas recientes indican que las posibles trayectorias actuales del aumento de la temperatura, respaldadas por la implementación de las promesas de mitigación, implicarían un calentamiento global de 2,0 a 2,6 ° C para mediados de siglo.

Usando esto como línea base para simular el aumento de las temperaturas a lo largo del tiempo, junto con un modelo de las incertidumbres que quedan en torno a los posibles resultados físicos más graves, el resultado es que el PIB mundial sería entre un 11% y un 14% menor que en un mundo sin cambio climático (es decir, un cambio de 0 ° C). Bajo la misma comparativa sin cambio climático, el objetivo de París también da como resultado un impacto negativo en el PIB, pero menos, del 4,2%.

También se ha considerado un escenario severo en el que las temperaturas suban 3,2 ° C a mediados de siglo. En este escenario, la economía global sería un 18% menor que en un mundo sin calentamiento, lo que refuerza el imperativo de tomar más medidas para paliar los efectos del cambio climático.

En términos de exposición a los riesgos climáticos severos resultantes del cambio climático, el sudeste asiático y América Latina serán los más susceptibles a tener un clima más seco. Mientras tanto, muchos países del norte y este de Europa están preparados para ver más precipitaciones excesivas e inundaciones. Combinando estas observaciones con el análisis de impacto del PIB, el Índice de Economía del Clima indica que muchas economías avanzadas en el hemisferio norte son menos vulnerables a los efectos generales del cambio climático, ya que están menos expuestas a los riesgos asociados y cuentan con mejores recursos para hacerles frente. Estados Unidos, Canadá y Alemania se encuentran entre los 10 menos vulnerables. De las principales economías, China ocupa un lugar más bajo, en parte debido a la menor capacidad de adaptación existente en la actualidad en comparación con sus pares.

Sin embargo, con el aumento de la inversión en energía verde y una mayor conciencia de los riesgos climáticos, se cree que China está en camino de reponerse rápidamente. El cambio climático generará grandes cambios en el valor de los activos y un mayor coste para hacer negocios a medida que el mundo avanza hacia una economía baja en carbono.

Las ganancias en los sectores de servicios públicos, materiales y energía serían las más afectadas y perderían entre el 40% y el 80% de las ganancias por acción por la imposición inmediata de un impuesto global al carbono de USD 100 por tonelada métrica. Por región, las ganancias ponderadas por ingresos caerían alrededor de una quinta parte en Asia Pacífico y un 15% en América y Europa. La magnitud perdida depende de la velocidad a la que se implementen los impuestos al carbono y las acciones de mitigación, y el ritmo de adopción tecnológica.

El riesgo climático es un riesgo sistémico, que puede gestionarse con una acción política global coordinada. Existe una oportunidad única para ecologizar nuestras economías. Los sectores públicos y privados, incluidas las aseguradoras como proveedores de capacidad de transferencia de riesgos, pueden facilitar la transición a una economía baja en carbono. Es necesario aumentar la transparencia, los datos y la divulgación de los riesgos de precios y transferencias.

Con este fin, deberíamos ver más acciones políticas sobre el precio del carbono junto con incentivos basados en la naturaleza y soluciones de compensación. También es necesaria la convergencia internacional en la taxonomía de los conteos de inversiones verdes y sostenibles. Las instituciones también deben divulgar sus hojas de ruta sobre cómo pretenden alcanzar el objetivo neto cero de París y 2050.

No cabe duda que el cambio climático, no solo pone en riesgo la subsistencia de la especie humana en el planeta, sino que empobrece nuestra sociedad, creando una mayor brecha entre ricos y pobres. ¡ACTUEMOS!

Fuente: Swiss Re

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