El origen de la economía del propósito

No se me ocurre mejor manera de explicar el origen del movimiento de impacto social o económica del propósito en España, que con el prólogo que tan amablemente mi amigo, hermano de vida y socio, Manuel Lencero, me ha regalado, en mi nuevo libro “Empresas que crecen con Alma”.

El término ‘impacto social’ se utilizó por primera vez en un seminario de la Universidad de Yale en 1969 sobre las responsabilidades éticas de los inversores institucionales. Al año siguiente, la Ley de Política Ambiental Nacional de EE.UU. (NEPA) articuló un conjunto de prácticas y procedimientos llamado Evaluación de Impacto Social (SIA). La SIA era un requisito legal para capturar sistemáticamente el impacto socioeconómico potencial (negativo) de los usos industriales de la tierra a gran escala. Aunque EE.UU. fue el pionero en el uso de SIA, el volumen de actividades de informes de SIA en EE.UU. comenzó a disminuir desde mediados de la década de 1980. Mientras que las actividades de SIA se desaceleraron en los EE.UU., las organizaciones internacionales, en particular el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, comenzaron a implementar informes estrictos de evaluación de impacto y socioeconómicos en sus proyectos de desarrollo desde la década de 1990 en adelante. A principios de la década de 1990 se produjo el surgimiento de marcos y directrices sobre cómo implementar la evaluación del impacto social. En 1993 se produjeron los primeros “Principios y Directrices para la Evaluación del Impacto Social”, que evaluaban las consecuencias sociales de los sitios de construcción propuestos, los grandes proyectos de transporte y otros usos de la tierra según lo requerido por el Estatuto de la NEPA y el Consejo de Calidad Ambiental (1986). No fue hasta principios del Siglo XXI donde empezaron a aparecer empresas y ecosistema como Unltd en Reino unido, que empezó de manera práctica a crear empresas que nacían desde el impacto social. Pero fue al comienzo de la crisis financiera mundial (2007) cuando el término cobró prominencia. Según Google Search Term Analytics, el interés anual en el término ha aumentado constantemente desde 2004. ¡Y en este año está llagando a su mayor pico de interés de la historia!

Evidentemente, nosotros no fuimos los que empezamos esta transformación de la economía. Pero sin duda fuimos los pioneros en empezarlo en España, en una época, año 2007 (Fundación Unlimited Spain), donde la mayoría no nos entendía, muchos nos despreciaban, y donde un pequeño grupo creyó en lo que hacíamos (Círculo amigos Unlimited).

Prólogo Manuel Lencero libro “Empresas que crecen con alma”

“Atiendo la amable propuesta de mi querido Ángel de redactar unas líneas como prólogo de su última obra. Además del temor de no estar a la altura del reto, me he venido preguntando desde el principio si debería hablar del libro o de su autor. Creo que la obra en sí arrojará conocimiento y experiencia, pero hablará menos de la persona que hay detrás de cada palabra. Es por eso que he decidido dejar la valoración del contenido al lector y centrarme en el autor.

Conozco a Ángel desde hace casi 20 años. Tuvimos la suerte de cruzarnos en una cena de amigos y poco a poco hemos ido labrando una amistad sincera, que como todo lo sincero no siempre es cómoda, ni fácil, ni falta que hace. En aquellos años estaba inmerso en una lucha personal contra mí mismo y mis circunstancias, cuestionándome desde una temprana madurez el sentido de lo que hacía en todos los ámbitos de mi vida, especialmente el profesional. Los dos veníamos del mundo de la empresa y habíamos heredado de nuestras familias el gusto por crearlas y la pasión frente al reto que esto supone, pero también teníamos preguntas sin respuesta sobre qué es la empresa y qué papel debe jugar en la sociedad y en el mundo.

Ese punto de encuentro se convirtió en una obsesión. Supongo que a los dos nos movía la misma angustia vital sobre el porqué de las cosas y sobre cómo podíamos convertir nuestras vidas en una herramienta útil para el prójimo desde nuestro escenario natural de relación, la empresa. Esto suscitó grandes debates sobre el sentido de la empresa como organización, sobre lo que mueve a los empresarios y sobre qué empresarios eran merecedores de nuestro respeto y cuáles no. Hablábamos de filantropía, de capitalismo, de caminos alternativos; hablábamos de emprendedores sociales, de su motivación, de su naturaleza. En realidad buscábamos la manera de dar más sentido a nuestras vidas, de ser útiles generando valor a la sociedad desde la empresa, que era y es nuestro territorio natural.

Poco a poco, a partir de este debate, fuimos construyendo un proyecto común, UnLtd Spain, que a los dos nos fue encajando, con enfoques diferentes pero complementarios. Fuimos construyendo desde la base común de la bondad, aunque superando por el camino muchas polaridades que todavía hoy vamos limando y alineando.

En Ángel encontré la impaciencia del inconformista, la ansiosa necesidad del saber y la perpetua búsqueda de la virtud en su trabajo. También encontré la duda sobre cómo llevar la bondad a la empresa desde lo mundano y sobre cómo incorporar la espiritualidad al trabajo para generar bienestar alrededor. Encontré una persona que podía mostrarse frágil y fuerte en el mismo gesto, una persona compasiva y rotunda a la vez, una persona capaz de deslumbrar a todos con su talento y al minuto siguiente recogerse en un rincón como un león herido, apartado de las miradas que a veces, solo algunas veces, le incomodan. Encontré, en definitiva, un ser humano para no perdérselo, amigo de sus amigos, presente siempre aunque a veces la velocidad le nuble el instante. Este libro de Ángel, que llega en su momento de mayor esplendor y madurez, recoge su amplio conocimiento y sus propuestas sobre el papel de las empresas y de sus líderes en la sociedad. En su texto y su intratexto veo muchos de los debates en los que nos hemos enzarzado cariñosamente desde que nos conocemos. Veo propuestas de enorme valor que estoy seguro de que van a conectar con millones de emprendedores, empresarios y directivos que comparten con nosotros la inquietud sobre cuál es su papel en el mundo y cómo pueden dar sentido a su trabajo diario. Veo idealismo, pero también pragmatismo, una dualidad nada contradictoria, al contrario, muy enriquecedora. Y, por otra parte, muy propia de Ángel y de su estar en el mundo.

Agradezco profundamente que ninguno de los dos haya intentado cambiar al otro durante estas dos décadas de amistad que llevamos recorridas. Lo que me lleva a concluir con un poema de Joxean Arteza que descubrí en un epitafio en mitad de los Himalayas y que dice así:

Si le hubiera cortado las alas habría sido mío,
no se me habría escapado.
Pero así
habría dejado de ser pájaro. Y yo…
yo lo que amaba era el pájaro.”

Gracias Manuel, por este regalo de vida, y por seguir a mi lado inspirando a cada vez más empresarios de este país, a ser “gente buena, buena gente”. Y a poner a sus empresas al servicio de los grandes problemas de la sociedad y a la regeneración del medioambiente.

¡Una nueva economía es posible! ¡Un mundo mejor es posible!

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