Una de las herramientas estratégicas más potentes que puede tener una empresa, si la utiliza de manera adecuada, es el tener un propósito.
El propósito de una empresa es su razón permanente de existir. Es el por qué hace unas cosas y no otras y por qué esas cosas las hace de una manera y no de otra. Constituye, pues, la columna vertebral de la cual depende el negocio para tomar decisiones ya sea en el día a día o cuando el tema es crucial.
Al igual que nos pasa en la vida personal, una empresa sin propósito, o peor aún, si no es consecuente con su propósito, va dando tumbos por la vida y los mercados a merced de la competencia y las tendencias del mismo.
Dado que el propósito es un sueño, una aspiración, porque no ser, además de ambiciosos social y medioambientalmente responsables. Tengo el placer de ver a diario como muchas starups en Unlimited nacen con “Propósitos de Transformación Masiva” (PTM). Son propósitos que además de impulsar a la empresa y a sus colaboradores, se centran en hacer del nuestro un mundo mejor, y le permite, entre otros muchos beneficios, ser terriblemente resistentes y resilientes.
Si aplicamos esa lógica a nivel individual, creo firmemente, que una sola persona, impulsada por su Propósito de Transformación Masiva, puede cambiar el mundo, como ya se ha visto a lo largo de la historia en científicos y líderes (Einstein, Gandhi, Martin Luther King, etc.).
Es muy difícil que un líder tenga éxito en su empresa si él mismo no tiene un PTM efectivo y real, a la vez que muy probablemente sienta que su vida esta carente de sentido, generando muchas frustraciones en su entorno persona y profesional.
Estos son los atributos de un PTM personal efectivo:
- Es exclusivamente tuyo.
- Te sientes orgulloso de ello.
- Está impulsado por la energía emocional, que alimenta su impulso para perseguir grandes sueños.
- Estás dispuesto a dedicar tu vida a ello. Como individuo, tu PTM es lo que te despierta por la mañana y te emociona.
Mi PTM es “contribuir a mejorar el mundo, a través de la economía de impacto social, gracias a la tecnología”.
Es muy poderoso cuando conectas tu propósito con el de tu empresa, que suelen estar siempre alimentados por una misma pasión:
- Encuentra, refina o actualiza tu PTM empresarial. Tu sabes que, durante estos tiempos exponenciales, tu impacto puede ser mayor que en cualquier momento de la historia, y puedes ajustar tu PTM en consecuencia.
- Vive una vida impulsada por la pasión y utiliza tu PTM empresarial como el lienzo sobre el que planifica y ejecuta tus futuros éxitos. Sabes que el propósito, impulsado por la emoción, es el combustible necesario para implementar tus retos.
- Busca activamente herramientas y comunidades como las del Círculo de amigos Unlimited para ampliar y respaldar tu PTM.
- Entiende que un PTM se alimenta de tu energía emocional y es algo que es exclusivo para tu empresa. ¡Haz partícipe a todos tus colaboradores!
- Acepta plenamente tu PTM y estate orgulloso de compartirlo con el mundo. Como líder, utiliza tu PTM para atraer a los mejores talentos, socios e inversores.
- Concentra cada vez más tus capacidades y recursos en la creación de soluciones que transformen industrias y mercados enteros.
Entonces, ¿estás viviendo una vida con propósito? ¿Qué cambiaría en tu vida personal o laboral si tuvieras un propósito? Uno de los primeros pasos para desarrollar un propósito en tu vida es crear tu PTM. Aquí hay algunas preguntas que te ayudarán a explorar tu propósito, a pulsar tu yo interior y descubrir dónde hay una fuente de energía emocional:
- Si te dieran mil millones de euros para cambiar el mundo, ¿qué harías con ellos?
- ¿Qué área te ha generado mayor entusiasmo o asombro?
- ¿Qué injusticia has experimentado que necesita ser resuelta?
- ¿Qué querías hacer cuando eras niño antes de que el mundo te dijera «No»?
No podemos permitirnos tener empresas sin PTM, son el motor que necesitamos para avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada a la vez que frenamos da degradación de nuestro planeta y convivimos de manera justa y en paz en este.
«Encuentra algo por lo que morirías y vive por ello».
Fuente: P.Diamandis