Casual CEO: la revolución de la vestimenta en los negocios.

Los códigos de vestimenta empresarial están cambiando de forma radical en el Siglo XXI. Desde que Silicon Valley ha batido a Wall Street, en el centro de futuro poder empresarial, este hecho no ha hecho más que radicalizarse.

¿Qué tiene más glamour un traje y corbata o una camiseta negra y una zapatillas rojas para ir a trabajar?¿Por qué un «CEO Casual»  como Zuckerberg de Facebook, Jobs de Apple, y algunos otros líderes empresariales “dot com” son interpretados como un signo de estatus,  cuando hace apenas una década hubieran sido repudiados por su aspecto?

En una reciente investigación de Harvard han explorado la reacción de los comportamientos ante la vestimenta, como usar zapatillas rojas en un entorno profesional o entrar en una boutique de lujo con ropa de gimnasia, arrojando una sorprendente conclusión:  se atribuye al “casual wear” mayor estatus en lugar de la desaprobación social.

La adhesión a las reglas y normas sociales son motivadas por el deseo de lograr la aceptación social y evitar sanciones negativas como la desaprobación, el ridículo o la exclusión. Los individuos de alto estatus como Zuckerberg son relativamente más libres ante las restricciones sociales.

Nos encontramos con que, en ciertos casos, los comportamientos “no conformes” pueden llevar a inferencias de mayor estatus en los ojos de los demás. Los “nuevos” ricos señalan su posición al renunciar a los recursos financieros para la compra de artículos de lujo caros. Los individuos muestran que no necesitan estos beneficios porque ya poseen un alto estatus.

En el estudio, dependientas en tiendas de lujo en Milán, Italia consideran que un comprador tiene más probabilidades de realizar una compra o ser una celebridad cuando usan ropa de gimnasia o un reloj Swatch que cuando llevaban un vestido elegante o un Rolex. En otro caso, se encontró que los participantes perciben a un invitado que lleva una pajarita roja en una gala de etiqueta, como un miembro de mayor estatus que un individuo conforme con una corbata de lazo negro. Esta suposición se basa en la creencia de que la pajarita roja es usada dado su “suficiente estatus y autonomía” para seguir sus propias preferencias, incluso cuando se desvían de la norma.

¿Deberíamos todos aparcar nuestros zapatos elegantes y trajes y empezar a usar ropa casual y zapatillas de deporte de color rojo brillante para trabajar? El aumento de nuestro estatus a los ojos de los demás es claramente un objetivo importante, ya que nos puede otorgar poder e influencia dentro de nuestros grupos y organizaciones sociales. Pero la respuesta es compleja, depende de la circunstancia y el momento.

En mi sector, el de la consultoría, es muy protocolaría y estricto, todos vestimos más o menos igual, traje oscuro y corbata azul, especialmente en España. Hace unos meses he dejado de llevar corbata en bastantes ocasiones, para transmitir una sensación de más cercanía y menos sofisticación con los clientes, y cuál ha sido mi sorpresa cuando un cliente me comentó recientemente “hay dos tipos de consultores, los de traje y corbata, que son caros y muy buenos, y los que van sin corbata como tú, que son impagables”. Lo que le estaba transmitiendo es justo lo que arroja el estudio de Harvard, al no seguir las normas de vestimenta de manera estricta, en vez de transmitir menos sofisticación, transmitía poder y estatus.

Sin duda en la próxima década van a cambiar todos los códigos de vestimenta empresarial, y aunque siempre existirán los trajes, van a convivir con un código de “vestimenta por ocasión” no por estatus.

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