La batalla hombre-máquina ha comenzado

Siempre que hablo sobre el impacto de la robótica en nuestra sociedad suelo generar una reacción entre sorpresa, indiferencia e incluso incredulidad.

Lo cierto es que la clase ejecutiva y la sociedad no suelen estar preparados ante los avances tecnológicos disruptivos por su gran transformación en nuestro entorno en un breve espacio de tiempo.

El ser humano siempre intenta evitar de manera natural cualquier cambio de status quo, y se enfrentará a él, aunque le pueda generar grandes beneficios.

Pero ya estoy acostumbrado. Hace años que ocurre. Desde que empecé a hablar del impacto del Big Data y Analytics en la relación de las empresas en el año 2000 hasta la irrupción del P2P en muchos sectores, que ya anunciaba en el 2010 de la mano de Uber y Airbnb, es algo que me viene pasando. En esos casos todo el mundo me miraba con incredulidad y me atrevería a decir que hasta con desprecio.

Pues bien,  hoy  16 años después no hay una compañía en el mundo que no vea como estratégico el Big Data y el Analytics. Lo mismo ha ocurrido con el hecho de poner en el centro al cliente. Algunas de las empresas más exitosas, como Amazon o Alibaba, han hecho de ello su mayor ventaja competitiva, así como el principal factor de  crecimiento y proyección. ¿Y quien se iba a imaginar que Airbnb (Air Bed and Breakfast) se convertiría en la mayor cadena de hoteles del mundo o que Uber haría temblar todo el modelo de taxis y chóferes del planeta?… ¡yo sí!

Pues ocurre lo mismo con los robots. Llevo meses trasladando un mensaje de transformación disruptiva en el mercado laboral y en el modelo de relación hombre-máquina.

Según varios estudios, en tan sólo 20 años los robots podrán realizar el 48% de las labores productivas del hombre: desde operario en una cadena de montaje, hasta médico, abogado o vendedor. Esto cada vez que lo cuento genera hasta risas, ya que todo el mundo confunde el término con el típico humanoide de película que habla más, y no se imaginan que de verdad puedan sustituirnos, pero el cambio ya ha empezado y el impacto de la batalla hombre-máquina es impredecible.

Lo que es cierto es que hasta que se consoliden entre nosotros habrá un período de mucha tensión debido al incremento constante del paro estructural, lo que provocará un cambio de modelo del mercado laboral (olvidémonos de trabajar 8 horas al día. Deberemos acortarlo y repartir la riqueza, para compensar el paro) y muy probablemente genere un descenso de la población mundial, como ha pasado con el caballo (hoy solo quedan unos 58 millones en todo el mundo!).

Pero esta transformación ya ha empezado. Desde call centers gestionados por robots a la mayoría de fábricas del mundo que ya están robotizadas. Los Bots (aféresis de robot) son programas informáticos, que imitan el comportamiento de un humano.

En sitios de chat online algunos bots son utilizados para simular una persona, intentando hacer creer al «ciberinterlocutor» que chatean con una persona real, pudiendo llegar a ofertarle un producto o servicio y almacenando todo lo aprendido en las conversaciones sobre sus gustos y preferencias.

Muchas empresas ya han empezado a ver el valor comercial de los Bots:

  • La aerolínea KLM  incluso permite recibir confirmaciones de vuelo, tarjetas de embarque, recordatorios y atención al cliente a través de Facebook Messenger.
  • Pero las compañías de transporte aéreo no son las únicas que se están beneficiando de los ‘chatbots’. El ‘marketplace’ de ropa  Spring también ha estrenado un ‘personal shopper’ virtual.
  • La floristería  1-800-Flowers permite comprar flores por esta vía,
  • Uber pedir un coche en Estados Unidos con tan solo enviar el emoticono correspondiente.
  • CNN informa de las  últimas noticias según los temas que interesen al usuario…..

Pero esto  no acaba aquí. Cuando las entradas del concierto de tu grupo favorito vuelan en pocos minutos solo te queda resignarte y cruzar los dedos para llegar antes la próxima vez (o para encontrar un chollo en la reventa).

Aunque muchas de estas compras masivas en Internet corresponden a acechantes fans, en ocasiones la mayor parte de los ‘aficionados’ son en realidad ‘bots’ que han comprado decenas de entradas en unos segundos, para luego ni acudir al evento. (Tras publicar un informe sobre su alcance, el fiscal general de Nueva York ha anunciado las multas impuestas a varias páginas y su intención de modificar la ley para incluir también sanciones penales. Además, varios miembros del Congreso quieren hacer realidad la bautizada como BOTS Act, un conjunto de medidas destinadas a evitar la práctica y castigar a los especuladores en todo el país).

Puedes adquirir tu propio BOT a un solo click en páginas como aiobot.com, ticketbots.net o incluso eBay.

Los robots han llegado para quedarse, para en teoría hacernos la vida más fácil, pero para muchos escépticos va a significar el fin de su carrera profesional, de su empresa o incluso de su pareja……

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