Un buen líder no es simplemente una persona al mando: es un guía que tiene que saber cómo motivar a su equipo y hacerles sentirse parte de un proyecto común. Es imposible ser un buen líder si no generas felicidad a tu alrededor y esta no está reñida con el compromiso y eficiencia. En este post, explico lo que para mí son las claves básicas a la hora de ser un buen líder
¿Qué es un líder? Es una persona que actúa como guía o jefe de un grupo. Su conducta o sus palabras están dirigidas a incentivar a las personas para que trabajen en conjunto por un objetivo común.
Algunas de las características más importantes de todo líder exitoso son: que sabe escuchar a los demás integrantes de su grupo, que se acerca a cada uno de ellos y se toma el tiempo de conocerlos bien, prestando especial atención a sus necesidades; que no se muestra como un amo todopoderoso, sino que intenta dar un espacio a cada uno, para que todos sientan que forman parte de las decisiones; que sabe aprender de sus errores y que no tiene miedo al cambio.
Pero, para mí, la principal característica de los buenos líderes es la felicidad.
“Suelo medir el clima de mi oficina por el porcentaje de risas que escucho cada día”
Un líder feliz consigue habitualmente mayores éxitos que los infelices y, sobre todo, este tipo de líder, genera a su alrededor un clima y estado de ánimo a colaboradores y clientes que marcan la diferencia.
Os quiero hablar acerca de la felicidad, como si se tratara de una cosa a ser descubierta y se pudiera adquirir. Pero la felicidad no se puede encontrar en el exterior. No es una opción a ser adquirida o un conjunto de condiciones, sino un estado de ánimo.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo, pero han aprendido a sacar lo mejor de lo que tienen.
“Existe una idea errónea que la felicidad es contraria al esfuerzo y la exigencia, pero es totalmente a la inversa: cuanta más felicidad existe, más dosis de compromiso y entrega vamos a obtener”
Los líderes más felices no se centran necesariamente en el éxito o el fracaso, sino que saben vivir con una perspectiva diferente y esa perspectiva marca toda la diferencia.
Dejadme describiros cómo poder vivir como los líderes felices:
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Ten un propósito y significado
Si hay un elemento clave de la felicidad, es la búsqueda de encontrar un propósito y lo que es significativo. Cuando vives orientado a tu propósito, aunque sea inmaterial, das sentido a todo lo que haces y te centras en lo que más importa.No he conocido líderes más felices que los que dirigen empresas de impacto social y su propósito, más allá de lo económico, es contribuir a hacer de nuestro mundo un sitio mejor.
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Concéntrate en pensamientos positivos
Incluso con circunstancias de vida idénticas, la gente infeliz pasa tiempo pensando en los acontecimientos desagradables de sus vidas, mientras que las personas felices tienden a buscar lo positivo de todo y a confiar en las personas, rehuyendo de los conflictos y confrontaciones improductivas. Encontrando razones para ser feliz construyendo la felicidad.
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Juzgan tus triunfos y fracasos de la misma manera
La gente ultra competitiva que siempre necesita ganar termina disfrutando de las cosas menos importantes. Si pierden se sienten decepcionados y si ganan quieren más. Las personas más felices se juzgan a sí mismos por sus triunfos y fracasos; los toman como vienen sin darle mucha importancia para ellos, ni “aireándolos” al resto de sus colaboradores. Están más interesados en el grupo que en lo individual.
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Prioriza lo importante
Si tu vida y expectativas reflejan lo que más te importa, es probable que seas bastante feliz. Cuando tus objetivos se ajustan a tus prioridades personales te traen un mayor nivel de satisfacción. Si te centras en lo inmaterial y disfrutas de las pequeñas cosas, eres realmente rico/a.
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No te compares con los demás
Muchos de nuestros sentimientos de satisfacción o insatisfacción tienen sus raíces en cómo nos comparamos con los demás. Cuando nos comparamos con los que tienen más, nos sentimos mal. Cuando nos comparamos con los que menos tienen, nos sentimos agradecidos – y, a veces, no lo merecemos. Para ser feliz hay que medirse solo frente a tus propios valores y metas. Simplemente aislándote del resto y poniendo foco en disfrutar del “aquí y ahora” y con lo tengo y lo que soy, sin importar el resto del mundo.
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Cultiva relaciones significativas
Las relaciones se construyen en el aprecio mutuo y el intercambio de amor y afecto creando energía positiva para las personas. Dar a cambio de nada, es un lujo. La gente infeliz se intenta rodear solo por intereses materiales y momentáneos.
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Invierte en la diversidad
Así como tú no limitas tu organización a un único proyecto, no hay que depositar todas las metas en un solo elemento de tu vida –ya sea una promoción en el trabajo, una relación perfecta con una persona, o un logro personal. Construye tus sueños y metas en torno a las pequeñas cosas que son más importantes para ti y disfrutas de todas ellas como pequeños logros.
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Estar en constante crecimiento
Las personas más felices y más exitosas nunca dejan de aprender y de adaptarse. El mundo estará siempre cambiando, y la capacidad de aprender nuevas habilidades y responder bien a los cambios es fundamental para la felicidad. La humildad del conocimiento y el querer aprender cada día de los demás es pura sabiduría.
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Hacer lo que dices que vas a hacer o compromiso contigo mismo/a
Nada mata tu entusiasmo como un proyecto a medio terminar o un compromiso descuidado. Incluso si te encuentras en una situación sin salida, mantén tus compromisos y ata cabos sueltos antes de levantarte. Sé consecuente y recto en tus ideales.
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Cree en TI
La felicidad comienza con nuestros pensamientos y actuaciones. Si quieres ser feliz en tu liderazgo y la vida, deja de buscar en los logros y las circunstancias y comienza a desarrollar la mentalidad de la gente feliz, practicándola y contagiándola a diario. Todo empieza en ti, no depende de nadie ni nada más.He conocido a muy pocos líderes felices y con la capacidad de generar felicidad a su entorno, y los pocos que he conocido, gracias a Dios hoy son amigos míos. Yo mismo me considero un entusiasta de la vida y mido el clima de mi oficina por el porcentaje de risas que escucho cada día. Lamentablemente hay quien relaciona el buen ambiente con la “diversión”, y a veces hasta le puede incomodar tanta felicidad. Pues yo les digo a esa “panda” de infelices, que la felicidad no está contrapuesta al esfuerzo y la exigencia, todo lo contrario, cuanta más felicidad existe, más dosis de compromiso y entrega obtenemos. Hay una correlación casi aritmética entre líderes felices, organizaciones felices y excelencia del servicio y éxito.
¡Es imposible hacer un mundo mejor sin felicidad!
