Cuando uno llega a final de año y empieza a visualizar el 2015, entra en una especie de “momento de reflexión” sobre todo lo que ha pasado en el año. Desde un punto de vista externo ha sido un año muy movido, cambio de Rey, papeles de Bárcenas, Podemos, el 9N Catalán, La Duquesa de Alba….hasta el pequeño Nicolás… en fin que no podríamos concluir que haya sido un año para celebrar, a excepción que parece que nuestra gran crisis está estabilizada (para nada acabada como nos pretenden convencer).
Con este panorama miramos al futuro con escepticismo, y deseosos que se cumplan las previsiones del gobiernos de crecer por encima del 2%. Eso significaría que la lacra del paro empieza a solucionarse y que muchas familias que estas Navidades están sufriendo dejen de hacerlo en el 2015.
Desde un punto de vista empresarial, la gran mayoría de empresas de este país tienen el foco puesto en el crecimiento. Tras tantos años de caída de ventas y en consecuencia de recortes y despidos, miran con ilusión las previsiones, pero se encuentran con un problema mayor que la crisis…hay muchos empleados/ejecutivos que no quieren evolucionar. Si han sobrevivido tantos años e incluso tuvieron éxito en un pasado, para que cambiar, mejor “malo conocido que bueno por conocer”.
Llevo dos décadas ayudando a transformar organizaciones y haciéndolas más exitosas, y si listase los problemas serían: El equipo ejecutivo, un plan estratégico erróneo, falta de control del negocio (operativo y financiero), baja internacionalización, nula innovación, poca agresividad comercial, marketing inexistente, tecnología obsoleta y no orientada al negocio, orientación a producto y no al cliente, etc….. pero de todas la peor con mucha diferencia es la cultura del equipo.
En las organizaciones con grandes necesidades de cambio siempre existen tres perfiles de personas:
A) Early Adopters. Son aquellos que están totalmente abiertos al cambio, y lo adoptan con celeridad, siendo los primeros en trabajar de una manera diferente. Por poner un símil marketiniano, son como aquellos fans de Apple que pasan toda la noche en la calle para ser los primeros en comprar en nuevo Iphone6. Este grupo suele ser el 25% de la empresa.
B) Folowers. Son aquello que viendo el valor del cambio, prefieren esperar que los demás lo adopten y cerciorarse de sus beneficios, antes de arriesgarse. Este es el mayor colectivo, entorno el 50% de la empresa.
C) Stoppers. Son aquellos que no quieren cambiar ni tan siquiera escuchar sobre los beneficios del cambio. Según su posición, incluso pueden bloquear y sabotear el nuevo modelo de negocio, al no saber cómo actuar, y seguir esclavos de su “éxitos” pasados y saber hacer.
Siempre que me enfrento a un cambio de cultura organizativa, se cumple a la perfección. No os hacéis una idea del daño que hacen los Stoppes, en todos los niveles de la organización, son un auténtico cáncer. Siempre negativos, escépticos, destructivos…. si fuera por ellos, el 90% de la innovación desaparecería. Lamentablemente muchos suelen estar en puestos ejecutivos, y hace casi imposible cualquier transformación con ellos. La única solución es sacarles de la organización lo antes posibles o apartarles de los puestos clave.
Los early adopters habitualmente suelen salir de las organizaciones si no les hacen caso o no tienen carrera, ya que son demasiado brillantes como para aguantar en organizaciones antiguas y mediocres, que son incapaces de transformarse. En casos que se lleguen a tiempo, hay que “apalancarse” en ellos para liderar el cambio y que arrastren a los folowers, es la única solución.
Cuando realmente cada perfil se ubica correctamente en su rol en la nueva cultura, las compañías no solo mejoran, sino que los resultados llegan a toda velocidad.
Si analizamos los grandes “ganadores” del 2014, todos tiene unos ingredientes distintos, pero un ingrediente es común, la cultura ganadora y orientada al cliente.
Para este 2015 si queremos remontar, y aprovechar el cambio de tendencia: orientación de las empresas al cliente y cultura ganadora.
