Hace unos días, en WOBI Milán, tuve la oportunidad de conocer y conversar con Joi Ito, el Director del MIT Media Lab, una de las instituciones más innovadoras del mundo. En el Media Lab, el futuro se vive, no se imagina. En un mundo donde los avances tecnológicos radicales se dan por sentados, los investigadores de Media Lab diseñan tecnologías para que las personas creen un futuro mejor.
Ahora, a medida que se aproxima a su 30 aniversario, el MIT Media Lab se centra en la «adaptabilidad humana». Este trabajo va desde iniciativas para tratar enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y la depresión hasta robots sociables que pueden controlar la salud de los niños o ancianos. Además, se ocupan del desarrollo de prótesis inteligentes que pueden imitar o incluso superar las capacidades de nuestros miembros biológicos.
La idea del Media Lab nació en 1980 de la mano del profesor Nicholas Negroponte y el ex Presidente del MIT y Asesor de Ciencias del presidente John F. Kennedy, Jerome Wiesner. El Media Lab abrió las puertas de su edificio Wiesner, diseñado por IM Pei, en 1985. Y en esta primera década estuvo a la vanguardia de la tecnología. Esto hizo posible la «revolución digital» y la expresión humana: investigación innovadora que va desde la cognición y el aprendizaje hasta música electrónica a la holografía.
En su segunda década, el laboratorio sacó literalmente la computación de la caja. Incrustó los bits del reino digital en los átomos de nuestro mundo físico. Esto llevó a ampliar la investigación en computación portátil. O lo que es lo mismo, comunicaciones «virales» inalámbricas, máquinas con sentido común, nuevas formas de expresión artística y enfoques innovadores sobre cómo aprenden los niños.
Ahora, en su tercera década, el Media Lab continúa revisando las disciplinas tradicionales. Los diseñadores de productos obsesionados por el futuro, los nanotecnólogos, los expertos en visualización de datos, los investigadores de la industria y los pioneros de las interfaces informáticas trabajan codo con codo. Lo hacen para inventar y reinventar incansablemente la forma en la que los seres humanos experimentan y pueden ser ayudados por la tecnología.
Cuestionar lo obvio para un futuro mejor
Con una promoción activa de una cultura única y anti disciplinaria, el MIT Media Lab va más allá de fronteras y disciplinas conocidas. Fomenta la mezcla de lo no convencional y la combinación de áreas de investigación aparentemente dispares. Crea tecnologías disruptivas, pioneras en áreas tales como computación portátil, interfaces tangibles y computación afectiva. Hoy en día, los miembros de la facultad, el personal de investigación y los estudiantes en el laboratorio trabajan en 24 grupos de investigación en más de 350 proyectos. Éstos van desde los enfoques digitales para el tratamiento de trastornos neurológicos hasta un coche eléctrico para ciudades sostenibles. El laboratorio se compromete a mirar más allá de lo obvio y a hacer las preguntas aún no formuladas. Preguntas cuyas respuestas podrían mejorar radicalmente la forma en que la gente vive, aprende, se expresa, trabaja y juega.
Desde el MIT Media Lad defienden que hay nueve principios para trabajar en un mundo como éste:
1. Resiliencia en lugar de la fuerza. Significa acepta el fracaso y recupera tu fortaleza en lugar de tratar de resistirse al fracaso.
2. Se tira en lugar de empujar. Es decir, se sacan los recursos de la red cuando se necesitan, en vez de almacenarlos centralmente y controlarlos.
3. Arriesgar en lugar de centrarse en la seguridad.
4. Centrarse en el sistema en lugar de objetos.
5. Preferencia de construir el camino sin mapas.
6. Trabajar en la práctica en vez de en la teoría.
7. Desobediencia en lugar de cumplimiento. No obtienes el Premio Nobel por hacer lo que te dicen.
8. Comunidad vs expertos.
9. Enfoque en el aprendizaje en lugar de la educación.
Sin duda, estamos ante una institución que está proporcionando conocimientos e innovación que hacen de nuestro mundo un lugar mejor. Y su director, el Sr Ito, es una persona cercana, colaborativa y abierta al mundo. No podría ser de otra manera.
