Una de las claves del éxito empresarial del SXXI es, sin duda, el talento. Pero si ese talento no sabe trabajar en equipo, no sirve de nada.
Una de las tareas más complejas del management es conseguir el mejor conjunto de profesionales que trabajen en equipo, o lo que yo denomino “equipos de alto rendimiento”.
Lamentablemente muy pocas empresas consiguen esa combinación mágica de factores: conseguir talento que trabaje en equipo.
Pero cuando se consigue, las posibilidades de éxito de la organización se multiplican exponencialmente.
Hace muchos años que me dedico a trabajar con comités de dirección y lo cierto es que muy pocas veces lo he visto. Curiosamente las veces que lo he visto, se daba la circunstancia que el performance de la compañía era muy superior al mercado, tanto en términos de crecimiento como de rentabilidad además de crear entornos de trabajo excelentes.
Las principales claves del trabajo en equipo de un equipo ejecutivo son:
- CONFIANZA: no existe la crítica por la espalda o la competencia insana, tan solo el beneficio colectivo.
- GENEROSIDAD: es más importante el éxito colectivo que el individual.
- PROPÓSITO: perseguir un fin común es una de las claves que crea unidad y razón de grupo.
- DEMOCRACIA: las decisiones han de ser mancomunadas y consensuadas.
- COMPROMISO: ha de haber un proyecto común con un alto grado de compromiso.
- COMUNICACIÓN: menos mails y más comidas personales.
- RESPETO: especialmente por la diversidad, nadie es mejor que nadie.
- COMPARTIR LOS ÉXITOS: nada une más que celebrar cosas, especialmente si son éxito.
Una de las maneras de conseguir que se trabaje en equipo, son las actividades de team building.
Es un término colectivo para definir un conjunto de actividades que busca formar equipos de alto desempeño y mejorar las relaciones interpersonales dentro de un grupo o equipo de ejecutivos.
Hay cientos de actividades que se pueden realizar, pero unas de las que yo he realizado que me ha parecido más eficiente y espectacular en la de apagar fuegos, literalmente.
En España tenemos el mejor centro de adiestramiento de Europa de extinción de incendios, en Brunete. Esta escuela del fuego, cuenta con unas instalaciones de 75.000 m2 dedicadas al simular situaciones extremas “reales” contra el fuego.
He tenido la fortuna de participar en varias ocasiones de esta experiencia extrema con varios equipos directivos y el resultado es espectacular, además de una vivencia irrepetible. Desde rescatar a dos heridos en un helicóptero en llamas, apagar un tanque de gasolina incendiado o apagar un edificio en llamas son algunas de las pruebas extremas que se pueden realizar.
Para poder apagar un fuego con éxito y no morir, es fundamental el trabajo en equipo, sin esta condición es imposible o sencillamente se muere.
Cuando hablas con un bombero y le cuentas que quieres ir con tu equipo de dirección a aprender a trabar en equipo, no lo entienden. Para ellos es la base de su trabajo, sin esta condición, simplemente es imposible.
Para llevar una manguera de bombero hacen falta tres personas, es lo que se conoce como un equipo base, y para apagar un incendio, como mínimo hay que ir con 3 equipos base. Todos tienen un rol concreto, mientras dos equipos apagan, el tercero protege al grupo del calor y las llamas. Si uno falla, todo falla.
Cuando te expones a situaciones extremas en equipo, como la de los bomberos, te das cuenta de que poner tu vida en manos de tus compañeros es sin duda una cura de humildad sobre lo torpes que somos en nuestra vida empresarial de no confiar en nuestros compañeros (que en situaciones extremas nos ayudarían sin duda), de lo fácil que es ayudar a los demás y de que el peligro no son mis colegas de trabajo, sino el fuego o en nuestro caso la competencia y el mercado.
Aprendamos de los oficios extremos y construyamos equipos de alto rendimiento, indispensables para el gran reto de la transformación tecnológica.
