Esta semana quería hablaros de la parte relación hombre-máquina, y de cómo va a impactar en nuestra vida doméstica. Y es que, más allá de tener un impacto muy grande en el mundo laboral, la llegada de las máquinas afectará muy de cerca a cómo funcionan nuestros hogares.
Aún parece algo lejano, pero nuestra interactuación con un robot doméstico puede volverse casi personal. Será parte de la familia, como la relación que tendríamos con una mascota. En Japón esta realidad es ya un dogma, pero pronto llegará a todo el mundo. En unos años casi todos los hogares tendremos algún tipo de humanoide o robot doméstico que hará nuestra vida más fácil.
Avances tecnológicos a pie de casa
¿En qué se va a concretar todo esto? En hogares interconectados. A continuación algunos de los grandes avances que marcan ya tendencia:
El robot aspirador que se controla desde cualquier parte de la casa. De esta forma, puede ponerse en marcha o interrumpir su funcionamiento o programar la limpieza, gracias a su conexión a una red Wi-Fi a través de una aplicación.
Algunos hogares cuentan también con vigilancia con cámara inalámbrica, y que no sólo proporciona imágenes panorámicas, sino que envía alertas a nuestros teléfonos si detecta movimientos o sonidos. Un elemento más de un hogar automatizado para establecer, entre otros, la grabación automática al salir de casa.
Y en cuestión de imaginar: ¿y si la puerta de casa se abriera sola con sólo acercarte o se cerrara cuando nos alejáramos? También ha llegado al catálogo del último grito tecnológico la cerradura inteligente que está conectada al teléfono móvil y se abre cuando detecta la presencia del terminal y se cierra cuando deja de hacerlo. Y por pedir, también gestiona la entrada a determinados invitados durante unas semanas, días u horas concretas.
Los avances llegaron por supuesto hasta nuestra cocina, con un frigorífico que dispone de un sistema de diagnóstico inteligente que envía información sobre el estado del aparato e incluso detecta averías y llama por su cuenta al servicio técnico. ¿Y para lavar la ropa? Ahora la lavadora también puede conectarse a la red Wi-Fi, informándonos del punto en el que se encuentra el ciclo de lavado, mientras envía alertas de cuándo ha concluido o nos avisa del momento óptimo para añadir el suavizante.
Vamos caminando hacia los hogares automatizados, pero estamos más cerca de llegar de los que nos imaginamos.