Hoy me puedo levantar. ¿Vuelta a los 80?

En las últimas 72h me he traslado a los 80 dos veces, primero porque he visto por fin el musical de Mecano “Hoy no me puedo levantar” en el teatro Coliseum. Uno de los mejores musicales que han pasado por Madrid, con más de 2,5 Millones de espectadores y con 27 cambios de escenografía con tecnología led, sin duda muy recomendable. Segundo porqué asistí a la comida del 35 aniversario del Círculo de Empresarios, donde se repasó la historia de esta institución.

El Círculo de Empresarios nació en 1977 con unos objetivos que hoy siguen siendo tan actuales como entonces: la promoción de la libre empresa, de la iniciativa privada, de la economía de mercado y del espíritu emprendedor, y la búsqueda del reconocimiento por parte de la opinión pública del papel esencial del empresario en la creación de riqueza, empleo y bienestar social.

Charlando con empresarios de la época, me doy cuenta que la situación que tenemos ahora es dura y compleja, pero no menos dura que la se encontraron ellos, en plena transición, y sobre todo con dos variantes muy importantes, primero, la incertidumbre de lo que podía devenir el futuro tras una dictadura tan larga, todo estaba por hacer,  y la segunda, nuestro nivel de vida hoy es infinitamente superior a la de los años 80. En esa época los datos de la economía española mostraban sin lugar a dudas que se encontraba en una situación de depresión, caracterizada por un estancamiento de la actividad productiva, (crecimiento del PIB en 1976 1,5%), aumento del paro (más de 800.000 parados, el 11% de la población activa) y fuertes niveles de inflación (20%).

En esta coyuntura se firmaron los Pactos de la Moncloa, acuerdos sin precedentes en Europa, suscritos por el gobierno, partidos políticos, sindicatos y asociaciones empresariales, que supusieron un control de las disponibilidades líquidas, una devaluación de la peseta y el control de los salarios. Los resultados no fueron del todo satisfactorios, aunque significaron la unidad de los agentes económicos frente la crisis. Desde 1982 con la entrada del gobierno socialista se llevó a cabo una política económica marcada por el control de la inflación y la moderación salarial.

Y lo más triste de todo es que los problemas que se denunciaban desde el círculo entonces, para mejorar la economía, siguen siendo vigentes hoy:

  • Modelo productivo
  • Paro
  • Corrupción
  • Modelo educativo
  • Internacionalización de las empresas
  • Etc…

Esto me lleva a varias conclusiones, primero que los gobiernos no escuchan a los empresarios, o no les interesa, y segundo que se nos pasa el arroz, o mejor dicho, no me extraña que estemos como estemos. Si echamos la vista atrás, aún siendo yo muy joven, no existía internet, ni los móviles, hacíamos colas los domingos para ir al cine para comprar la entrada y no quedarte fuera por overbooking, solo teníamos una cadena de televisión, volar en avión era un lujo, etc…. todo ha cambiado radicalmente a nuestro alrededor, pero nuestro modelo de sociedad no ha sabido adaptarse a la misma velocidad a este nuevo entorno, tan dinámica, rápida y global.

Seguimos con modelos educativos similares a los 80 y todas las nuevas profesiones que ahora se demandan antes no existían, nuestro modelo productivo ha de cambiar al nuevo entorno global e hipercomunicado, y nuestra sociedad civil ha de modernizarse y ser mucho más autónoma, sin tanta regulación e intervencionismo del gobierno (con el consecuente descenso de funcionarios).

Por un instante me gustaría trasladarme a esa época y “sufrir” los inconvenientes de prescindir de todas las nuevas tecnologías que tenemos actualmente. Así nos daríamos cuenta de las posibilidades que tenemos en las empresas de aprovechar esas nuevas tecnologías para comunicarnos e interactuar mejor con nuestros clientes, con el consecuente beneficio. Conceptos como el CRM, e commerce, el Big Data o la nueve, son maravillas que la tecnología a puesto a nuestro alcance para hacer más eficientes nuestras organizaciones y les estamos dando la espalda con demasiada ligereza. Con el peligro de competidores internacionales nos ganen la partida con esa ventaja competitiva.

Luchemos por ser un país con empresas del siglo XXI y no de los años 80, sino, como decía Mecano, mejor quedarse en casa!.

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