Infinito

Infinito

¿Qué pasaría si nuestra vida fuera infinita? ¿Qué pasaría si nuestra esperanza de vida no fuera de 70 u 80 años (según en qué país del mundo te encuentres), sino que fuéramos eternos?

Se nos abriría frente a nosotros un dilema como seres humanos de un calado inimaginable. Empezando por la religión. ¿Qué rol tendrá la iglesia si nadie muere? El modelo familiar, ¿tendríamos una sola familia durante cientos de años? El estilo de vida…, si no envejecemos y no nos desgastamos, ¿cómo cambiará nuestro estilo de vida? Incluso la propia subsistencia del planeta, si nadie muere, ¿cómo regular la cantidad de personas que pueden habitar nuestro agotado planeta? Pero hay una cuestión en la que me quiero detener en este artículo, que es el del rol de la empresa como motor de progreso de la sociedad, y en especial la empresa familiar. De todos es bien conocido que la empresa familiar es el modelo más extendido en el mundo, representando más del 80% de las empresas.

Uno de los grandes problemas de la empresa familiar, además de los típicos de cualquier empresa, es la sucesión. Es por ello que el 70% de las empresas familiares no superan la 2º generación y casi el 66% la 3º. Sólo el 3% de las empresas familiares existentes supera la cuarta generación y logra sobrevivir. Hay cientos de estudios y análisis que intentan explicar porque una empresa exitosa, que ha creado su fundador con gran esfuerzo y tesón, tras su muerte o retirada por vejez, y pasar a sus hijos, sus nietos y en pocas ocasiones a sus biznietos, pierde toda la esencia de la misma hasta poder llegar a desaparecer.

Los 10 principales motivos

  1. Problemas familiares (peleas, celos, etc…).
  2. Falta de cultura y propósito.
  3. Nepotismos en vez de meritocracia clara.
  4. Organización informal y no bien definida.
  5. Rotación de empleados no familiares.
  6. Problemas de financiación.
  7. Falta de ayuda de expertos externos.
  8. Malinterpretar el valor y su reparto no equitativo.
  9. Anticiparse y preparar la sucesión con tiempo.
  10. No tener un plan de salida para los familiares.

Tras más de 30 años de experiencia como ejecutivo, asesor y consultor de empresas familiares, he vivido casi de todo, y si pudiera resumir en 2 palabras las claves para que una empresa familiar sobreviva al paso del tiempo y las siguientes generaciones es sin duda el AMOR y la GENEROSIDAD.

Amor por la empresa, los valores, visión y propósito del fundador, para mantenerlos intactos con el paso del tiempo, por encima de los intereses personalistas u oportunistas.

Generosidad, por compartir lo que creó un fundador, con sus hijos, entre hermanos, primos, sin egos, sin afán de protagonismo, sin envidias, solo preservando la esencia con la que se creó la empresa y la hizo exitosa, respetando a su familia, y a todos los ejecutivos y empleados, que también forman la gran familia, que debería ser una empresa familiar.

 

infinito

 

Pero si regresamos al concepto del infinito, me encantaría ver qué pasaría con cientos de empresas que ya desaparecieron por no ser fieles a las bases de amor y generosidad. Y me provoca mucha curiosidad que pasaría si empresarios como Coco Chanel, Walt Disney, Henry Ford, Steve Jobs, Estee Lauder, Akio Morita, John D. Rockefeller, de la era moderna o grandes genios del pasado como Arquímedes, Galileo Galieli, Don Perignon, Alesandro Volta, Thomas Alva Edison, Nikola Tesla o Madame Curie…, aún existieran. Cómo habían seguido creciendo y desarrollándose sus compañías e ingenios con el paso del tiempo, y más hoy concretamente en plena revolución social y tecnológica.

He de reconocer que me produce un profundo pesar ver a empresarios de éxito que por culpa de la enfermedad crónica que sufrimos toda la especie humana, la vejez, han de abandonar sus sueños para dejarlo en manos de hijos, hermanos, nietos, para que un alto porcentaje de casos deformen la esencia de las mismas, para en vez de adaptarlas y mejorarlas, acabar partidas en trozos, vendidas a un fondo o simplemente desapareciendo con un gran desgaste familiar que en ocasiones llega a partir las familias y enemistarlas, en vez de servir de “pegamento”. ¿Qué mejor herramienta existe en el mundo para mantener una familia unida que compartir un negocio con un propósito que mejore la sociedad y el planeta?

Tengo muchas esperanzas puestas en los avances científicos sobre el transhumanismo, como ya he comentado en alguno de mis anteriores artículos. Y que en un plazo no mayor de 30 años demos con la clave de la longevidad y eso nos permita hacer eternos a tantos empresarios de raza, que han creado empresas maravillosas, con un gran impacto positivo en la sociedad y el planeta. Sin necesidad que se retiren de las mismas, si no que las siga haciendo grandes, exitosas y de gran impacto, acompañado de sus hijos, nietos…..

Mientras tanto no olvidemos la gran responsabilidad que tienen los herederos de las empresas familiares de preservar y seguir haciendo mayor el “sueño” de sus fundadores.

 

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