El mundo laboral del futuro: Tecnologías, transformación social y el cambio climático
Las nuevas tecnologías, junto con la transformación estructural impulsada por los cambios demográficos, la globalización y el cambio climático reconfigurarán de manera fundamental el mundo laboral y, por consecuencia, un nuevo modelo empresarial. Conllevará enormes oportunidades económicas, pero también retos potenciales, que podrían afectar a los trabajadores y producir efectos distributivos injustos a largo plazo. Los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, la automatización y la robótica y el ecologismo de nuestras economías, crearán nuevos puestos de trabajo. Pero otros empleos desaparecerán y, quienes pierdan sus empleos en esta transición, pueden ser los que estén menos preparados para aprovechar las nuevas oportunidades.
Las habilidades de hoy en día no responderán a los puestos de trabajo del futuro y las habilidades recién adquiridas pueden quedarse obsoletas rápidamente. Los cambios en la demografía (aumento de la población juvenil en algunas partes del mundo y envejecimiento de la población en otras) también afectarán a los mercados de trabajo.
El Pacto Mundial de las Naciones Unidas apoya el llamamiento que hace la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para que se adopte un nuevo enfoque que situé a las personas y el trabajo que realizan en el centro de la política económica y social y la práctica empresarial: una agenda centrada en el ser humano para el futuro del trabajo.
Tres pilares de acción
Esta agenda consta de tres pilares de acción. En primer lugar, significa invertir en las capacidades de las personas, permitiéndolas adquirir habilidades, reciclar y mejorar sus habilidades, y apoyarlas en las diversas transiciones a las que deberán hacer frente a lo largo de su vida. En segundo lugar, significa invertir en las instituciones laborales para garantizar un futuro laboral con libertad, dignidad, seguridad económica e igualdad. En tercer lugar, significa invertir en trabajo decente y sostenible y establecer reglas e incentivos para sintonizar la política económica y social y la práctica empresarial con esta agenda.
La innovación y las nuevas tecnologías están alterando los modelos de negocio y afectando a nuestra vida cotidiana. El poder de la tecnología crea nuevas oportunidades, pero también nuevos riesgos.
Muchas empresas están adoptando una nueva perspectiva con el fin de capacitar a su plantilla y apoyar el desarrollo de habilidades para estar preparados de cara al futuro:
Deutsche Telekom, una empresa alemana de telecomunicaciones, ha desarrollado un plan de trabajo a tiempo parcial que permite a los empleados trabajar “en tándem”. Novo Nordisk, una empresa farmacéutica danesa, ha puesto en marcha una plataforma mundial de crowdsourcing con el fin de contribuir a condiciones de trabajo flexibles, consiguiendo 60.000 visitas en 60 días, que han dado lugar a la adopción de seis iniciativas. Qualcomm, una empresa estadounidense de telecomunicaciones, utiliza su tecnología móvil para conectar a mujeres empresarias en Malasia con mentores empresariales en todo el mundo. Sutherland, una empresa de servicios globales, ha establecido un objetivo claro para contratar al menos al 10 % de las personas que completan el programa de Certificación de Alfabetización Digital que patrocina en Jamaica, garantizando la rendición de cuentas del programa y que crea empleo productivo para jóvenes desfavorecidos. Tras la consecución de este objetivo, diseño y puso en marcha el modelo de “Impacto social/contratación de impacto” en todos los países en los que opera, centrado en la reducción de la pobreza a través del empleo juvenil.
Por otra parte, las empresas están centrando la atención en la colaboración con estudiantes y universidades: Royal Philips, una empresa neerlandesa de tecnología de la salud, ha puesto en marcha una asociación para diseñar un plan de estudios para el trabajo basado en el pensamiento de diseño y la ciencia de datos. TITAN Cementarnica, una empresa de construcción de Macedonia del Norte, está promoviendo la educación de jóvenes profesionales con talento en estrecha colaboración con la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Skopje, realizando concursos para estudiantes que les permiten adquirir experiencia en proyectos y aplicar su creatividad.
La “Cuarta Revolución Industrial” ya está aquí. La innovación y las nuevas tecnologías están alterando los modelos de negocio y afectando a nuestra vida cotidiana. El poder de la tecnología crea nuevas oportunidades, pero también nuevos riesgos. Las empresas y los gobiernos deben tener en cuenta la narrativa subyacente de “No dejar a nadie atrás” para abordar sus opciones y estrategias en este ámbito. Esto determinara si la innovación se utiliza para respetar y fomentar los derechos humanos y laborales, o para aumentar las violaciones de los derechos humanos y exacerbar las desigualdades.
La otra cara del entusiasmo por lo positivo de la revolución tecnológica es el malestar por sus impactos no deseados, y si no se manejan con cuidado, las nuevas tecnologías pueden sacudir la agenda de desarrollo para peor. La mayoría de informes estiman que el 57 % de las funciones de los trabajadores son en gran medida susceptibles de automatización, lo que amenaza la seguridad laboral de los trabajadores y puede dar lugar a un acceso desigual a la formación y a un menor dominio de habilidades muy demandadas.
Sin embargo, se pone de manifiesto que las tecnologías inteligentes también conllevan oportunidades de crecimiento: se espera que la inteligencia artificial (IA) por si sola incremente los ingresos en un 38% y el empleo en un 10% en el horizonte 2022.
El vínculo entre innovación, empresa y derechos humanos es cada vez más estrecho. El desarrollo y el uso de nuevas tecnologías deben tener en cuenta sus efectos en los derechos humanos de los titulares de estos derechos. Las empresas deben orientar sus normas, reglas, sistemas y procesos innovadores en torno a los derechos humanos universales, y traducir las responsabilidades en materia de derechos humanos en normas y directrices para la investigación, la innovación, el diseño y las operaciones.
Los diez principios del pacto mundial de las Naciones Unidas
- Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos reconocidos internacionalmente
- Asegurarse de que no son cómplices en la vulneración de los derechos humanos
- Las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva
- La eliminación de todas las formas de trabajo forzoso y obligatorio
- La erradicación efectiva del trabajo infantil
- La eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación
- Las empresas deben respaldar un enfoque preventivo en relación con los desafíos medioambientales
- Emprender iniciativas para promover una mayor responsabilidad medioambiental
- Fomentar el desarrollo y la difusión de tecnologías que respeten el medio ambiente
- Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas la extorsión y el soborno
Desde Indra somos conscientes de ese reto y nos hemos puesto a trabajar para que nuestro propósito de mejorar la sociedad a través de la tecnología, sea cada vez una realidad más tangible.
Fuente: United Nations