“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero yo creo que también estamos hechos de historias”, esta frase de Eduardo Galeano describe a la perfección la esencia del post que voy a escribir. El ser humano y su capacidad para comunicarse han propiciado que evolucione hasta la fecha y lo siga haciendo de manera exponencial en las próximas décadas.
Desde que el hombre empezó a hablar, que según los científicos fue hace 400 mil años, el lenguaje ha ido tomando una importancia in crescendo, y ha permitido a grandes líderes en la historia conquistar países o destruir naciones. Es así como se ha convertido en una herramienta fundamental en el ámbito profesional, tanto en la relación interpersonal en la oficina, como para comunicarnos con nuestro consumidor a través de los canales digitales.
Y si la palabra es tan importante, vital y fundamental para nuestro día a día personal y profesional, ¿por qué no lo estudiamos en la escuela? No me refiero a la asignatura de lengua, me refiero a aprender a recitarla, entonarla, amarla, como herramienta de comunicación, al puro estilo interpretativo.
El arte de hablar en público
Yo hace muchos años que me dedico a dar conferencias, tanto en foros como en eventos de carácter interno de empresa, y nunca he dejado de practicar y estudiar este difícil arte de la comunicación y la interpretación. Es prácticamente imposible nacer con el ‘don de la palabra’. Éste se estudia, cultiva y practica. Ahora concretamente estoy haciendo un curso maravilloso de la ‘Excelencia de la palabra’ para dominar a la perfección la entonación y dotar de ‘alma’ los discursos. Mi coach en este caso es el gran actor Pedro Mari Sánchez http://www.pedromarisanchez.com/ con 55 años de carrera profesional. Estoy disfrutando cada segundo de su sabiduría y arte en el campo de la interpretación, desde aquí aprovecho para agradecerle su entrega, pasión y paciencia conmigo.
El arte de transformar en historias
Otra de las claves de la comunicación de la palabra es el arte de transformar un discurso o un argumento comercial en una historia. El ser humano está hecho para imaginar y, en un mundo en plena revolución de la información, el conocimiento y los impactos audiovisuales, mucho más. Aún me sigo sorprendiendo cuando veo la manera en la que muchas empresas se comunican con sus consumidores o clientes, o lo que es peor, como muchos altos ejecutivos se comunican con sus equipos. Transformemos esas palabras huecas en poesía y transmitamos historias con alma, es sin duda la única manera de crear un vínculo con nuestros clientes o colaboradores.
Y acabo con un fragmento de ‘El príncipe constante’, una de las mejores piezas de Calderón de la Barca, y que tantas veces he recitado perfeccionando el maravilloso arte de la palabra:
Éstas que fueron pompa y alegría
despertando al albor de la mañana
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría.
Este matiz, que al cielo desafía,
iris listado de oro, nieve y grana
será causa de la desdicha humana;
tanto se emprende en término de un día.
A florecer las rosas madrugaron
y para envejecerse florecieron;
cuna sepulcro en un botón hallaron.
Tales los hombres sus fortunas vieron.
En un día nacieron y expiraron;
que pasados los siglos horas fueron.
Esos rasgos de luz esas centellas
que cobran con amagos superiores
alimentos del Sol en resplandores
aquello viven que se duelen de ellas.
Flores nocturnas son. Aunque tan bellas
efímeras padecen sus ardores
pues, si un día es el siglo de las flores,
una noche es la edad de las estrellas.
De esa, pues, primavera fugitiva
Ya nuestro mal, ya nuestro bien, se infiere.
Registro es nuestro o muera el Sol o viva.
¿Qué duración habrá que el hombre espere,
o qué mudanza habrá que no reciba
de astro, que cada noche nace y muere?