El ser humano siempre ha buscado la felicidad. ¿Y que es lo que nos hace más felices? El bienestar entendido como cubrir nuestras necesidades básicas. Según Maslow, primero perseguimos cubrir nuestras necesidades fisiológicas (respirar, alimentarse o descansar); segundo, responder a nuestras necesidades de seguridad (personal, familiar, salud…); tercero, las sociales (amistad, afecto, o intimidad); y cuarto, la estima y el reconocimiento (éxito, respeto, confianza, entre otros). A medida que el empresario va avanzando en la consolidación de su empresa y cubriendo toda la pirámide de Maslow, se da cuenta de que nada le puede hacer más feliz que el último de nuestros grandes anhelos: la autorrealización y la trascendencia de lo que hacemos.
La autorrealización a través de la trascendencia
¿Pero cómo alcanzar la autorrealización en un empresario? El que lo tiene todo, -dinero, poder, reconocimiento-, sólo de una manera: trascendiendo.
¿Y que es trascender? De todas las definiciones que nos ofrece la RAE yo me quedo con “ir más allá o sobrepasar cierto límite”. ¿Y eso que significa en el mundo empresarial actual? Para mi trascender en los negocios, como en la vida, es ir más allá de lo que pudieran esperar de nosotros, que en el caso de una empresa es éxito o dinero. Es decir, dejar un legado, una huella en mi entorno, que vaya más allá de la propia empresa y del empresario. No se me ocurre ningún objetivo más hermoso que la trascendencia para un empresario o una empresa.
Además te voy a dar una buena noticia: la trascendencia es muy rentable. Nunca antes en nuestra reciente historia empresarial, nos habíamos enfrentado a un consumidor tan sensible con el entorno y la conservación del planeta. Esto afecta directamente a nuestras empresas, -tanto en lo positivo como en lo negativo-, dado que este consumidor quiere que sus valores se vean reflejados en las empresas a los que compra sus productos o servicios. Los millennials, nacidos del 1980 al 2000, se están convirtiendo en los grandes consumidores y han desarrollado una gran consciencia social.
La rentabilidad de la conciencia social
Por si fuera poco, en la era de revolución de la información, se pone de manifiesto cualquier cosa en un instante y nuestras empresas no son ajenas a este nuevo efecto. Este nuevo consumidor ya no se conforma con comprar nuestros productos o servicios, sino que quiere saber más de nuestra empresa: ¿Dónde producimos? ¿Por qué? ¿Cómo ayudamos a nuestra comunidad? ¿A nuestro planeta? En definitiva, están muy concienciados con sus principios y no quieren renunciar a ellos como consumidores.
Por ello, es imperativo que trascendamos como empresarios, no sólo por hacer un bien en nuestro entorno y la sociedad, sino porque nuestro consumidor lo quiere; y porque nuestros nuevos competidores ya se lo están ofreciendo. Porque estos mismos consumidores también crean nuevas empresas, que cumplen con su código ético y los de su generación, y han entendido que estar en sintonía con el mundo y la sociedad como empresarios además de maravilloso en muy lucrativo.
Es inútil que nos resistamos a los cambios, y sigamos gestionando nuestras compañías solo por ratios económicos del corto plazo. Los cambios ya están aquí. Si no adaptamos nuestras compañías a este nuevo entorno, desaparecerán o serán absorbidas, porque dejaremos de tener clientes (o por lo menos clientes rentables) y porque nuestros nuevos competidores nos superarán.
Trasciende, deja un legado, mejora tu mundo y la sociedad que te rodea a través de tu empresa. Porque puedes, porque el mercado lo demanda, y porque nada te hará más feliz a ti y a tu familia.