La cadena de suministro es crítica para el buen funcionamiento de los negocios. Además, es uno de los elementos, que, por lo general, más impacto negativo deja en el planeta, por el uso de combustibles fósiles y los envases de plástico no reutilizables.
La pandemia está descubriendo brechas y debilidades en las cadenas de suministro que requieren que las organizaciones se transformen digitalmente a la vez que tiene la oportunidad de hacerlo de forma sostenible.
2020 se ha convertido rápidamente en una carrera con la que cada organización se transforma y adapta a la transformación digital para sobrevivir, comenzando con la cadena de suministro. Nadie preveía que una pandemia mundial obligaría a las organizaciones a pasar de aprovechar la tecnología a crear una ventaja competitiva para sobrevivir, en algunos casos.
Cuando uno escucha el término sostenibilidad, se le vienen a la mente muchas definiciones, pero yo me quedo con la que provoca un impacto en las personas, el planeta y la rentabilidad empresarial.
Con la pandemia acelerando la transformación digital en todas las industrias, es importante mantenerse enfocado en las cadenas de suministro y su papel integral en el logro de iniciativas de sostenibilidad. A medida que cada organización trabaja para reinventarse y sobrevivir en estos tiempos desafiantes, lograr mayores objetivos de sostenibilidad los hará más fuertes, más resistentes y más rápidos de adaptarse.
Por suerte, existe cada vez una mayor presión para adoptar prácticas sostenibles. En un estudio reciente realizado por el MIT Center for Transportation & Logistics (MIT CTL) y el Council of Supply Chain Management Professionals (CSCMP), el 46% de los 1.128 encuestados señalaron que se sentían presionados por las partes interesadas externas para adoptar prácticas de sostenibilidad.
A esto hay que sumarle una mayor expectativa por parte de los inversores de los ‘informes de sostenibilidad’. KPMG informa de que el 93% de las 250 organizaciones globales más grandes ahora publican prácticas de sostenibilidad, con lo que los accionistas buscan cada vez más, que las pequeñas y medianas empresas comiencen a publicar estos informes, también.
Además, se está produciendo un cambio en el comportamiento de compra de los consumidores, a medida que el poder adquisitivo se desplaza más hacia la Generación Z y los Millennials. Estos consumidores ponen un mayor énfasis en las prácticas éticas y los esfuerzos de sostenibilidad al tomar decisiones de compra. Un estudio de 10,000 consumidores globales concluyó que el 91% de los compradores en todo el mundo probablemente cambiarán a marcas que apoyen una causa social o ambiental. Además, otro estudio determinó que el 90% de los compradores boicotearían una empresa basándose en prácticas comerciales inmorales o irresponsables.
Es evidente que el mundo está soportando unos niveles de contaminación, muchos causados por la cadena de suministro, insoportables para el planeta y el ser humano. Esta pandemia, nos ha mostrado con mucha claridad el impacto de la actividad logística y productiva (ver foto de China).
Ya sea por convencimiento, por los accionistas, por los consumidores, o por la opinión pública, aprovechemos la revolución digital para transformar nuestra cadena de suministro de manera sostenible.