Ley de Cambio Climático y Transición Energética, ¿es suficiente?

El mundo está enfermo. El modelo económico y social actual está provocando un aumento de la temperatura de la tierra con unos terribles efectos en la biodiversidad y en consecuencia, en nuestro estilo de vida, y subsistencia.

Este aumento de la temperatura viene causado, principalmente por las emisiones de C02 de nuestro modelo industrial y consumista, el cual crece a un ritmo descontrolado.

El consumo energético proveniente del carbón y los combustibles fósiles, provocan gran parte de esa generación de CO2:

 

Todos los países han empezado a darse cuenta de las consecuencias tan terribles para la salud y la economía. El Acuerdo de París establece un marco global para evitar un cambio climático peligroso, manteniendo esta subida de las temperaturas muy por debajo de los 2 °C y prosiguiendo los esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C. También aspira a reforzar la capacidad de los países para hacer frente a los efectos del cambio climático y apoyarlos en sus esfuerzos.
En España se acaba de aprobar en el Congreso de los Diputados la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, con las siguientes grandes líneas de actuación para 2030:

  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 23% respecto a las de 1990.
  • Alcanzar una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, al menos, un 42% (frente al cerca del 20% actual).
  • Alcanzar un sistema eléctrico con, al menos, un 74% de generación a partir de energías de origen renovable (frente al 40% de este momento).

Teniendo en cuenta que las emisiones de gases en España vienen principalmente del transporte y la actividad industrial, los principales apartados de la ley actúan en


Movilidad. La ley aprobada este jueves intenta acompañar la tendencia de cambio en la movilidad que ya se está dando en la sociedad y el sector industrial hacia el vehículo eléctrico, fundamentalmente.

Sector eléctrico. La ley contempla duplicar en 2030 la cuota de renovables de la generación eléctrica en España hasta llegar a un 74%. Y fija como objetivo para 2050 que el 100% de la generación eléctrica sea renovable.

Combustibles fósiles. La norma establece una serie de limitaciones para la explotación de nuevos yacimientos de combustibles fósiles en España, tanto en tierra como en explotaciones marinas.

Eficiencia energética y rehabilitación de edificios. La ley pretende servir para canalizar los fondos europeos del Plan de Recuperación también en materia de edificación y eficiencia energética.

Adaptación y biodiversidad. La ley incluye varios apartados referidos a la adaptación al cambio climático.

Riesgos financieros, empresas y comité de expertos. La ley incluye varios apartados que buscan ampliar el conocimiento sobre los riesgos a los que se expone la economía del país debido al cambio climático, además de un cierto control externo de las medidas contra el calentamiento.

Lo primero es aplaudir que se empiece a tomar en serio el cambio climático, y se regule para que los que contribuyen a mejorar el planeta tengan beneficios, y los que no, penalizaciones. Pero dicho esto, la ley es claramente insuficiente. España tiene la oportunidad de liderar en el mundo de la economía limpia y del impacto social. Somos un país que vive, en parte, de nuestro clima y bienestar, y no se puede permitir ponerlo en riesgo.

Nuestro objetivo debería ser un país 0 emisiones, con empresas de impacto social y medioambiental, y un modelo de vida conectado con el planeta y la humanidad.

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