Atendiendo a las cifras que manejamos actualmente y a los datos del pasado, no es probable que vayamos a desarrollar una vacuna efectiva masiva para la enfermedad Covid19 antes de 2025, eso incluso batiendo todos los récords históricos.
Pero el coronavirus no es la verdadera pandemia a la que se enfrenta el ser humano: el problema de nuestra sociedad está en la deshumanización y el deterioro constante al planeta.
En todo el mundo se están desarrollando actualmente más de 100 vacunas para la COVID-19 y una compañía farmacéutica europea pronosticó que podría tener lista una de ellas para entrar en producción a nivel mundial a final de este año.
La rapidez con la que los investigadores y las empresas farmacéuticas han respondido a la pandemia de coronavirus ha sido descrita como “sin precedentes”.
Pero la realidad y los datos son los que son. El desarrollo de vacunas se caracteriza por una alta tasa de fracaso, a menudo del “93%, entre los estudios en animales y el registro de un producto”.
La fase de descubrimiento e investigación es normalmente de dos a cinco años, según Wellcome Trust. En total, una vacuna puede tardar más de 10 años en desarrollarse por completo y cuesta hasta 500 millones de dólares.
La organización médica humanitaria Médecins Sans Frontières (MSF) dice que el alto costo de las vacunas y los problemas para entregarlas y almacenarlas impiden que las personas sean inmunizadas. Los sistemas de salud pública colapsados en las zonas de conflicto no solo impiden la vacunación, sino que también pueden impedir que las personas reciban tratamiento cuando reaparecen las enfermedades.
Es decir, no solo es complejo encontrar una vacuna efectiva y en menos de 10 años, sino que la capacidad y logística de inmunizar a toda la población mundial para erradicar una enfermedad, es casi imposible. Solo hace falta analizar los tiempos que han llevado a desarrollar algunas vacunas:
Evidentemente, hay que ser optimista y confiar en que las nuevas tecnologías y la coordinación científica sean capaces de encontrar una vacuna en tiempo récord, y que los sistemas productivos y logísticos de todo el planeta trabajen como jamás lo han conseguido hacer en la historia con el propósito de vacunar a toda la población mundial. Pero también hay que ser realista, y a la luz de los datos y la historia, no pronostico una vacunación masiva antes del 2025, habiendo, aun así, batido y por mucho todos records y registros jamás imaginados.
Ojalá me equivoque, pero hay que recordar que después de 40 años aún no disponemos de vacuna del SIDA…. y ya han muerto desde el principio de la epidemia más de 35 millones de personas.
Pero la verdadera pandemia que estamos viviendo no es la de la COVID19, sino la deshumanización del ser humano y, para eso, ¡NO HAY VACUNA!
El Covid19 no ha hecho más que poner de manifiesto la fragilidad de la especie humana y el cuestionar un estilo de vida, que, aunque nos ha proporcionado un espectacular progreso en las últimas décadas, ha creado una degradación del medio ambiente y una desigualdad entre ricos y pobres, que no para de acelerarse e incrementarse.
El deterioro al medio ambiente y la deshumanización son las pandemias más graves del ser humano
Esta deshumanización del modelo económico global y la degradación de nuestro hábitat sin duda es la verdadera pandemia del ser humano, y el único antídoto es repensar nuestro modelo de sociedad y nuestro modelo económico, que debería ser necesariamente mucho más justo, ecuánime y respetuoso con nuestro medio ambiente.
Por suerte, cada vez más personas, empresarios e instituciones están trabajando para cambiar este rumbo destructivo y sin sentido de nuestra sociedad y encuentros como los celebrados la semana pasada como el “GSG Global Impact Summit 2020” son una prueba de ello.
Aceptemos que puede que tarde mucho o nunca en llegar la vacuna (ojalá me equivoque), adaptemos nuestro estilo de vida y negocios a esta nueva realidad de forma estructural, y, sobre todo, cambiemos nuestro propósito empresarial y vital en hacer de nuestro un mundo mejor, por encima de individualidades y protegiendo el planeta.
La mejor vacuna es tomar conciencia de la realidad y trabajar para mejorarla.