La oficina del futuro para el empleado del presente

En los últimos años las organizaciones de todo el mundo han cambiado drásticamente en respuesta a las fuerzas de la globalización, la incertidumbre económica y el nuevo consumidor. Estas fuerzas han alterado la forma en que las empresas gestionan y operan. Las nuevas formas de mejorar la productividad de las empresas, la flexibilidad y la agilidad ya no sólo son positivas sino que son imprescindibles para el lugar de trabajo del futuro.

Además, los nuevos trabajadores Millenials requieren un entorno de trabajo radicalmente distinto al que estaban acostumbrados en algunas organizaciones.

Por ello yo defiendo que una oficina ha de cumplir una serie de reglas básicas. Retener y captar talento son una de ellas.

Sin duda éste es el gran reto en la próxima década, junto con el respeto y la coherencia con los valores de la empresa:

1. Lo primero, las personas

Las oficinas han de estar pensadas para la base de la pirámide, no para el equipo ejecutivo. Y tienen que ofrecer una serie de servicios y comodidades que inviten a “estar” y a practicar aquellos actos cotidianos de la manera más natural (comer, deporte, descansar, estudiar, relacionarnos, etc…)

2. Democratizar los espacios

Desde un junior al presidente los espacios han de ser de uso común, promoviendo el contacto internivel e interdepartamental, sin hacer distinciones en función de la jerarquía.

3. Flexible

Han de ser oficinas ágiles que soporten una gran variedad de estilos de trabajo, horarios y necesidades que contengan espacios aptos para concentrarse y que permitan trabajar más inteligentemente.

4. Socialmente responsables

Han de ser espacios adaptados para cualquier tipo de discapacidad y condición.

5. Diseño para un futuro sostenible

Que  ayuden a reducir su huella de carbono, el ahorro energético, el reciclaje, el transporte limpio (bicicletas), iluminación de bajo consumo y sistemas de refrigeración, etc…

6. Ayude a la innovación

Espacios imaginativos y divertidos que permitan sesiones de pensamiento y creatividad y que combine espacios sociales de diversión con tecnología de última generación. Además debe integrar las áreas de trabajo con otros espacios no tradicionales. En un mundo globalizado y conectado 24/7, la oficina ha de adaptarse a todos los horarios.

La clave de la oficina del futuro es que permita un estilo de trabajo móvil, y para ello, la oficina ha de ser un espacio funcional, orientado a la relación física humana, y promover la cultura corporativa, así como una expresión física de los valores.

La oficina tradicional, donde las personas se sientan de forma estática dedicados a trabajar una rutina,¡ va a desaparecer!. Rápidamente se está transformando en un lugar de trabajo de gran movilidad donde la gente va a trabajar fuera de la oficina.

El espacio tiene que inspirar y estimular la colaboración.

Se prevé que casi una quinta parte del espacio será rediseñado para proporcionar inspiración y fomentar la colaboración. Las organizaciones están planeando proporcionar sólo siete mesas de despacho por cada 10 trabajadores y prevén una disminución de espacio de trabajo de la oficina general del 17% a finales de 2020.

Los empleados demandan una mayor flexibilidad que aumente la productividad personal, con menos desplazamientos y un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. En tanto que las organizaciones y los empleados cada vez más notan los beneficios de este tipo de trabajo, la movilidad está ganando adeptos intensamente.

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