Singularity University, un nuevo modelo académico que te proyecta al futuro

Hacía años que quería tener la experiencia de pasar por el Singularity University, casi desde que se fundó hace 7 años, y por fin la semana pasada fui. El nombre ya es muy explícito, pero teniendo en cuenta que lo fundaron Raymond Kurzweil, Robert D. Richards, Larry Page y Peter H. Diamonds, de la mano de la NASA y Google en Sillicon Valley, el éxito y la calidad están garantizados.

Su misión: Educar, Inspirar y dar “empowerment” a los líderes globales para aplicar las nuevas tecnologías para solucionar los grandes retos de la humanidad. Esos grandes retos los engloban en 9: educación, energía, medioambiente, alimentación, salud, seguridad, prosperidad, agua y el espacio.

El programa tan solo lo han realizado 1.400 personas en el mundo desde su fundación, debido a su modelo de pocas sesiones anuales (no es fácil acceder ni por inversión ni por overbooking…). Por resumir la experiencia, tras muchos años de formación, es que es un modelo único. Único porque se centra en la innovación real, con un foco totalmente disruptivo en los modelos productivos e incentiva de forma práctica la puesta en marcha de proyecto que resuelvan “de verdad” los grandes problemas de la humanidad. Por decirlo de alguna manera más práctica, es como si en los años 70 hubiera ido a un curso de una semana y me hubieran explicado con todo lujo de detalles y prototipos lo que estamos viviendo hoy (internet, redes sociales, ecommerce, TV de pago, smartphones, etc….) y hubiera podido imaginarme el impacto en todos los sectores productivos, como estamos viviendo en la actualidad.

En el fondo es una sensación horrible, dado que corroboran y en algún caso te descubren con total claridad lo que va ha ocurrir en los próximos 50 años. De hecho el último día de curso te preparan para volver a la “realidad” y poder seguir viviendo sabiendo lo que se acontece. Lógicamente tu vida no vuelve a ser la misma, ya que tus futuras decisiones estarán condicionadas para siempre. Por no desvelar todos los secretos y quitar al lector la tentación de ir a este maravilloso curso, puedo afirmar con bastante certeza, que les dejaremos un mundo mejor a nuestros hijos del que hemos heredado.

Las nuevas tecnologías futuras y la comprensión cada vez mayor de los problemas del mundo, harán que el ser humano desarrolle soluciones cada vez de mayor impacto y contundencia. En mis próximos post intentaré ir desgranando como una margarita, las tecnologías del futuro que más creo van a desarrollarse y su impacto en los diferentes sectores. Al igual que ya adelanté en varios de mis post estos son: la robótica, la inteligencia artificial, la impresión en 3D y la biotecnología.

Uno de los pilares del cursos, filosofar sobre la propuesta de nuestras vidas en el mundo y su impacto.Teniendo en cuenta el perfil de gente que vá, altos ejecutivos, empresarios, gestores de Family Office, incluido algún Forbes 100…. tiene mucho sentido. Y la conclusión es muy clara y sencilla “growth”. Estamos para generar riqueza y abundancia a nuestro alrededor, al igual que la naturaleza, estamos para mejorar lo que encontramos. Es curioso filosofar en medio de un laboratorio de la NASA lleno de prototipos , pero es muy importante conciencias a los que pasamos por el Singularity el influenciar y crear cosas que mejoren los problemas actuales, “chapeau”!.

Finalmente quiero agradecer a todo el equipo del Singularity, la increíble experiencia y servicio desde el minuto uno hasta la graduación. Me enteré que eran 60 personas de staff para 40 alumnos! Os podéis imaginar, la calidad de la atención, la personalización y el antes y post evento…. Pero todo con una sencillez y austeridad que lo hacían perfecto. Vivir en un ambiente semi-militar en una base de la NASA, te ayuda a evadirte del día a día y centrarte en redefinir el futuro.

No concibo un alto ejecutivo o empresario que dedique un alto % de su tiempo a redefinir el futuro, y sin duda proyectos como el Singularity son una herramienta maravillosa de conseguirlo de una manera no solo impecable en lo técnico, sino generosa en sus convicciones, para conseguirlo.

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