¿En qué tipo de mundo queremos vivir?

¿Imaginas un mundo que se mueve en una sola dirección: hacia delante?

Un mundo donde la desigualdad se está reduciendo. Donde se regeneran los recursos naturales, las personas pueden desarrollar todo su potencial y beneficiarse de la prosperidad compartida. Un mundo centrado no solo en minimizar el daño, sino en hacer el bien medible.

No necesito que todavía no estamos allí. A medida que el planeta se ve afectado por crisis humanitarias y ambientales, esta visión puede parecer muy lejana. Gobiernos y filántropos estamos haciendo nuestros deberes. Pero las cosas no están cambiando lo suficientemente rápido.

Nuestros sistemas actuales para crear un impacto social positivo tienen más de un siglo de antigüedad. Nuestros problemas han cambiado, y también nuestra respuesta.

Este momento requiere una revolución. Debemos situar el impacto al centro de nuestra conciencia. En lugar de confiar en los gobiernos y las organizaciones filantrópicas para lograr la mejora de la sociedad, debemos introducir una tercera fuerza para acelerar el ritmo del cambio: el sector privado.

Cuando ignoramos el daño que producimos en el sector privado, gastamos recursos valiosos limpiando nuestro propio desorden. Sin embargo, cuando aprovechamos nuestro poder para el bien, podemos acelerar el progreso social, amplificar el impacto del sector público y prevenir problemas similares en el futuro.

Los emprendedores de impacto son aliados poderosos. Cuando priorizan el impacto, están en una posición perfecta para llenar los vacíos que los gobiernos y las organizaciones de beneficencia dejan atrás. Nos guste o no, el capitalismo está en todas partes y debemos involucrarnos en los mercados de capital para abordar nuestros problemas más apremiantes.

Innovación, toma de riesgos, escala del logro… estos son los distintivos de la iniciativa empresarial. También son claves para resolver problemas complicados con urgencia e ingenio. Los empresarios de impacto tienen acceso a capital de inversión con el que los filántropos solo pueden soñar. Y son rápidos para tomar riesgos calculados e intervenir de manera decisiva para efectuar el cambio.

Ya sea pública o privada, todas las organizaciones generan un impacto. Es hora de incluir el impacto como un impulsor clave para todas las decisiones de negocios e inversión. En el siglo XIX, los inversores se centraron en los retornos; en el día XX, pasaron a medir el riesgo y el retorno. De ahora en adelante, debemos adoptar un nuevo paradigma de riesgo-retorno-impacto.

Podemos generar beneficios a través del impacto, y viceversa. Cuando una empresa está realmente preocupada por el impacto, es más atractiva para los consumidores e inversores, está mejor posicionada para aprovechar la demanda latente y es menos probable que los gobiernos paguen impuestos para compensar el daño que de otro modo podría causar. Esto a su vez puede aumentar las ganancias y disminuir el riesgo financiero a largo plazo.

Medir el impacto es posible. Lo que tenemos que hacer es estandarizar nuestra medida. Al reunir a todas las partes de la sociedad, podemos medir los resultados de manera consistente, comparable y transparente. Esto amplificará nuestro impacto mil veces.

Uno de las personas que está liderando este pensamiento es Sir Ronald Cohen, y en su libro “On Impact” detalla las 8 creencias de este movimiento imparable:

  1. El impacto es el potencial de una acción para mejorar las vidas y el planeta
  2. Al sopesar las decisiones de negocios e inversión, debemos adoptar un nuevo paradigma de riesgo-retorno-impacto
  3. Es posible hacerlo bien y hacer el bien al mismo tiempo
  4. El impacto puede ser medido y comparado
  5. Debemos unirnos para adoptar modelos de pago por éxito, para prevenir los problemas sociales que vayan surgiendo
  6. Cambiemos a medir resultados en lugar de actividades
  7. Los emprendedores de impacto son aliados poderosos
  8. Terminar con la difícil situación de miles de millones de vidas y la decadencia de nuestro planeta dependen en nuestra acción urgente

Es hora de elevar nuestras voces. Alcanzar el modelo de riesgo-retorno-impacto está a nuestro alcance. Únete al movimiento y descubre la fundación que fundé en España hace 7 años: Unltdspain (www.unltdsapin.org) para ayudar a lanzar nuevas start-ups de impacto del siglo XXI y transformar compañías del SXX en este nuevo, maravillo e imprescindible paradigma del impacto social, y que sin él no tendremos futuro como especie.

¡El nuevo capitalismo ha nacido y se llama empresas de impacto! #ImpactRevolution

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