La innovación y las tecnologías disruptivas vienen de la mano de riesgos y desafíos asociados que suponen un reto, no sólo para la empresa privada y los distintos sectores económicos, sino para las políticas públicas de todas las administraciones que deben marcar pautas y directrices para ayudar a convertirnos en algo que, al fin de cuentas, ya deberíamos ser: una sociedad digital.
Este camino es como un viaje en tren, en lo que llamaremos el vagón digital. Las estaciones por las que hay que ir parando son muchas, y no esperan a nadie. Comenzamos por las empresas y administraciones públicas, y seguimos todo recto hasta llegar a los sectores más emergentes, -como la robótica, la inteligencia artificial, la salud, ciudades inteligentes o el medio ambiente-, llegando de lleno a la brecha digital o los peligros asociados a la ciberseguridad.
Política actual: ¿ministerio digital?
Con los actuales cambios políticos que se han dado en las últimas semanas, no es de extrañar que planteemos esta pregunta: ¿deberíamos esperar la creación de un ministerio autónomo e independiente centrado exclusivamente en el tratamiento de los asuntos digitales?
La respuesta comienza, como casi siempre, con un clásico: “algunos de los países más avanzados de nuestro entorno ya cuentan con ministerios dedicados en exclusiva a esta materia, siguiendo la pauta marcada desde Europa”.
Y sigue necesariamente con que en España “estamos en ello”. Y es que ya surgió el tema en la primera legislatura del Gobierno de Rajoy, con la creación de la Secretaria General de ‘Agenda Digital’, y que en ésta última legislatura del Popular estuvo incluida en el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.
¿Y ahora? Si bien todo apuntaba a que este tema lo abordaría el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, será finalmente el de Economía el que se ponga manos a la obra con deberes tan importantes como la creación de infraestructuras digitales, el 5G, o las ayudas a las empresas para abordar su transformación digital.
Retos y oportunidades actuales
Con un nombre o con otro, la urgencia de crear un organismo con poder de decisión real pasa por la enumeración de los retos políticos actuales en materia digital: Industria 4.0, la digitalización e internacionalización de la pequeña empresa, la omnicanalidad del retail, la conectividad y la era del Gigabyte, el progreso del e-Government y la e-Administración para que se agilicen procesos y mejoren la participación pública.
Ya sabemos que los ministerios son las piezas clave sobre las que se estructura la Administración del Estado, siendo cada ministro el link entre el Gobierno y el complejo organizativo que supone todo departamento ministerial.
Por ello, entender que la materia digital no es tanto un tema de moda o el nombre de un Ministerio o una Secretaria, es el paso real para comprender que estos temas son totalmente transversales a cada Ministerio y la forma para sobrevivir a las exigencias de una sociedad digital, o en proceso de digitalización, a la que estamos llegando. No podemos permitirnos perder este vagón digital.
Imagen: Aleksander Vlad